La Comisión Europea ha exigido a España medidas para detener un caso de fraude de atún adulterado, que en un principio estaba destinado para la industria conservera pero era modificado para presentarlo a los clientes como un producto fresco, según han informado fuentes comunitarias.

El Ejecutivo comunitario ha reclamado a las autoridades españolas que aclaren "urgentemente" las medidas que se han adoptado para acabar con esta actividad fraudulenta, basada en modificar el color del atún para presentarlo como un producto fresco, aunque que inicialmente estaba destinado a la industria conservera.

Bruselas ha destacado que el atún se vende de esta forma a precios más altos, por lo que supone una "práctica fraudulenta" que "engaña" al consumidor y puede provocar casos "serios" de "intoxicación alimentaria".

Además, Bruselas ha informado a las autoridades nacionales de que llevará a cabo en octubre una auditoría para evaluar tanto la efectividad de los controles y de las propias medidas correctivas y coercitivas que se han adoptado causa de la actividad fraudulenta.

Bruselas ha añadido que, a falta de una respuesta por parte de Madrid, está considerando medidas para detener la circulación de estos productos en el mercado comunitario, que podrían incluir la prohibición de los productos de atún fresco procedentes de los establecimientos en los que se ha confirmado el fraude.

Según ha avanzado el diario 'El País', el engaño afectaría a unas 25.000 toneladas de atún cada año y supondría unas ganancias de 200 millones de euros, según consta en las cartas de Bruselas, a las que ha tenido acceso el periódico. El diario también señala que el caso ha afectado a ciudadanos tanto fuera como dentro de España.