Borja Mori nunca imaginó que llegara a descubrir tantas televisiones. Desde hace meses, no para de recibir en su Whatsapp fotos de televisiones. De todas las pulgadas, de todas las marcas. Los colegas insisten para ver si le persuaden. Quieren una el sábado a las 18.00 horas en el Palacio del Marqués de Casa Estrada de Bimenes para ver el derbi entre Sporting de Gijón y Oviedo. Pero no. No van a tener televisión. Es un sitio en el que sólo hacen eventos y está casi incomunicado. Y no hay posibilidad de ponerla. Y si la hubiera...

Borja, sportinguista, se casa allí con Covadonga Vega, su pareja desde hace cinco años, que tira más al Oviedo. Y la boda coincide con el derbi. Hay 190 invitados, la mayoría futboleros, porque Borja, 34 años y propietario de una agencia de seguros en Noreña, lleva una vida pegada al fútbol: 13 años en Tercera, ocho en el Condal, y ahora jugador en el Arenas, de Primera Regional. Por eso, por empacho de balón, Covadonga, farmacéutica en Gijón, lo tuvo claro cuando supo de la maldita coincidencia. "No quiero fútbol", dijo. Él lo entendió: "La pobre lleva aguantando con el fútbol mucho tiempo".

La coincidencia se consumó un día caluroso de julio. Nada más salir el calendario, Borja tuvo "ochenta" mensajes en treinta segundos. Todos decían lo que ya sabía. O, mejor escrito, lo que ya sufría: "Cayó el derbi el día de tu boda". "Tenía un pálpito, pero nunca pensé que un derbi, con el Angliru además ahí, se jugara de sábado. No me lo podía imaginar", cuenta por teléfono mientras ultima los preparativos.

Estaba la boda. Estaba el derbi. Y estaban los 190 invitados que querían (que quieren) estar en la boda y ver el derbi.

- ¿Qué pensaste al saberlo?

-Qué era una putada, con perdón. Pero pensé que iban a cambiarlo. Tenía esa seguridad.

Lo que nunca hubo fue un dilema. De plantearse cambiar la boda, ni hablar. Y no lo hubo porque ellos, Borja y Covadonga, llegaron antes que el calendario. Se prometieron un día de febrero. Borja aprovechó el cumpleaños de su novia para pedirle matrimonio. "Lo decidí en enero. No era algo que hubiéramos hablado. No lo teníamos planeado como otras parejas, que lo hablan durante mucho tiempo. Le di los regalos y muy bien", dice. Ella, de la emoción, de la sorpresa, no contestó. Pero fue un sí.

A los pocos días del compromiso, eligieron el sitio: Palacio del Marqués de Casa Estrada, en Bimenes. El lugar, a diferencia del derbi de pasado mañana, no es casualidad. Allí se casaron los padres de la novia. Allí se quería casar ella, natural de Nava. "Nos gustaba la fecha y el sitio. Es un palacio antiguo que sólo se usa para eventos. No hay posibilidad de poner televisiones y está casi incomunicado. Para ver el derbi, complicado", dice Borja.

En realidad, los invitados, por muchas televisiones que envíen por Whatsapp, lo tienen asumido. La mitad de ellos, "o quizá un poco más", son del Sporting. La otra mitad son del Oviedo. La ceremonia es a la una de la tarde y Borja calcula que, al descanso, sobre las 18:45 horas, los asistentes todavía estarán tomando el postre. Les quedan, por tanto, los móviles, que no se requisarán. O la radio. O simplemente pasar del partido. "Me da rabia porque hay bastantes socios del Oviedo y del Sporting. Pero no nos falló nadie por el derbi", se congratula Borja. "Además, no le doy tanta importancia al fútbol". De hecho, el domingo ni lo verá porque estará volando a Nueva York.