Un año más, las calles de Málaga huelen a Feria, biznaga y Cartojal. Los jóvenes y los que no lo son tanto pasean disfrutando de la música y el ambiente pero las aglomeraciones, las copas de más y algunos comentarios inapropiados continúan siendo, lamentablemente, un ritual que sigue produciéndose año tras año. Si es usted mujer sabe a lo que nos estamos refiriendo.

Las jóvenes que se acercan al Centro a disfrutar de la Feria de día tienen que enfrentarse en muchas ocasiones a comentarios e incluso «roces» inadecuados por parte de otros muchos, que consideran estar en pleno derecho para actuar de esa manera. «Me siento cómoda en la Feria, pero siempre hay algún tipo que decide decirte lo guapa que vas, o las cosas que desearía hacerte, y eso, la verdad, no tengo por qué aguantarlo. Ni yo ni nadie», afirma Clara, una joven cordobesa que llegó ayer a la ciudad para disfrutar unos días de las fiestas.

Las aglomeraciones provocan actos no deseados por las chicas, como «roces» o incluso sutiles «tocamientos» que a veces pasan inadvertidos por la cantidad de gente que se acumula en un lugar, y otras son percibidos por las jóvenes que se sienten desprotegidas: «Te tocan y a veces no sabes qué es peor, si callarte o decirles algo, porque muchas veces te insultan de forma muy bruta y te hacen sentir mal, muy sola», explica Laura, una joven que estudia en la ciudad y ha decidido venir unos días durante la Feria.

Las jóvenes aseguran que durante el día todo es más sencillo y no se sienten tan incómodas como por la noche: «Este tipo de actos siempre surgen, se creen con derecho a hacer lo que quieran, pero durante el día es mucho menos exagerado», explica de nuevo María. Tras caer el sol, la sensación de incomodidad se presenta en mayor grado, pero las jóvenes afirman:«Como suceder, no ha sucedido aún nada grave, pero nunca se sabe si te puede tocar a ti», expresa Clara.

Todas coinciden en que no hay que generalizar. «No todos los chicos se comportan así, una gran mayoría sabe tener respeto, pero aún siendo solo unos cuantos habría que educar tanto a hombres como a mujeres para que sepan comportarse», explica Laura, que además destaca que estos comportamientos las «hacen sentir intimidadas durante todas las fiestas».

También están solo aquellos que se acercan para charlar, pero sin tener en cuenta que, a veces, la chica no quiere comenzar esa conversación o, si la ha comenzado, en algún momento, desea ponerle fin, un fin que no siempre saben reconocer: «Se acercan, sobre todo si somos solo un grupo de chicas, si hay un chico no lo hacen, y empiezan a preguntar cosas como tu nombre, edad y no es nada incómodo, pero a veces no tienes tampoco por qué aguantar una conversación tan larga si no te apetece», expresa María.

Ante estos comportamientos, las jóvenes también coinciden: el mayor miedo que siempre aparece al hablar de estos temas es el referente a los abusos sexuales. Ninguna de las consultadas los ha sufrido, pero afirman, que es un miedo «constante, solo por ser mujer»: «El problema surge cuando nos hacen creer que es nuestra culpa, que somos violadas por nuestra actitud o nuestra ropa, de ahí surgen los miedos de ir a una fiesta, o en este caso, a la Feria», explica Laura.

Para evitar estas actitudes y comportamientos, el Ayuntamiento puso en marcha hace unas semanas la campaña No es No, que tiene como objetivo prevenir las agresiones sexuales durante las fiestas. Para ello, se han repartido unas 5.000 pulseras por toda la ciudad en las que aparece un número de teléfono especializado en violencia de género (951386038) y un email, noesno@icamalaga.es, contactos, con los que tanto malagueños como turistas, podrán hacer todo tipo de consultas y denunciar cualquier tipo de agresión sexual.