Las vacaciones son una de las épocas del año más deseadas por todos. Un tiempo de asueto necesario para recargar energías y mejorar nuestro bienestar físico y psicológico, al tiempo que un garante de una mejor eficiencia en el trabajo, puesto que sin descanso no se rinde.

Pero, ¿cuántos días son necesarios para desconectar? Por lo general, nunca nos parecen suficientes, pero la cuestión tiene más que ver con la calidad y lo que hagamos en ellas que con la duración. Las vacaciones implican descanso y parón, una ruptura con las rutinas habituales que desarrollamos en nuestro día a día.

Muchas vacaciones son empleadas para viajar. No obstante, hacer turismo y tener vacaciones no siempre es lo mismo. Planificar un viaje en el que se quieran hacer demasiadas cosas (visitas, ocio nocturno, actividades deportivas€) puede llevar a una situación de cansancio que impida desconectar la mente.

Además, la situación puede ser peor si no nos obligamos a ´pasar´, en la medida que sea posible, de llamadas o mensajes procedentes de nuestro entorno laboral. A continuación, te damos unos consejos para que extraigas un mayor rendimiento a tus merecidas vacaciones.

-Procurar dejar los asuntos laborales cerrados y sin tareas pendientes que urjan una respuesta. Hay que saber dilucidar si ese proyecto en el que estamos trabajando puede retomarse sin urgencias a nuestra vuelta. No somos imprescindibles y a buen seguro que algún compañero, avisado con antelación, puede realizar esa tarea.

-´Olvidar´ el móvil y el correo electrónico: las nuevas tecnologías pueden suponer un freno a la hora de disfrutar las vacaciones si creemos que pueden llamarnos o enviarnos un mensaje por alguna circunstancia que esté pendiente de resolución. Además, dejarse llevar por la rutina de la consulta del móvil contribuye a que un día de vacaciones pueda parecerse a una jornada laboral. Si es imprescindible hacer alguna tarea con estos dispositivos, es conveniente marcarse un horario, ejecutar el trabajo y a continuación procurarse un descanso.

-No marcarnos objetivos inabarcables en vacaciones. Los viajes pueden suponer un motivo de estrés. A muchas personas alterar sus rutinas les produce nerviosismo. Buscar hotel, transporte, planificar visitas€ Es por eso que conviene llevar un plan mesurado de lo que se quiere hacer, sabiendo que el relax y la tranquilidad deben ser propósitos básicos.

-No seguir las mismas rutinas. Las vacaciones son para desconectar, pero no necesariamente a través de una ruptura inadecuada. Si no nos gustan mucho los deportes de aventura, tal vez no sea lo más recomendable centrar las vacaciones en hacer parapente o ´hidrospeed´ si sabemos que no es nuestra principal afición. Quizás no baste con hacer esas cosas a las que no podemos dedicar el tiempo suficiente a lo largo del año, como leer o pasear.

-Vivir en el ´ahora´ y en el ´presente´. Las vacaciones llegan a su fin para todos. Para evitar una ruptura de golpe, se recomienda retomar poco a poco la rutina para llegar al primer día del regreso laboral descansado y con la sensación de haber aprovechado cada día. Para ello, es importante vivir las vacaciones en el presente, tratando de disfrutar cada momento.