­El matador lorquino Paco Ureño logró cortar una oreja en una sublime faena de su primer toro. El torero se llevó la ovación del tendido alicantino en una tarde que tuvo un protagonita pletórico: Julián López ´El Juli´, que cosechó ayer un triunfo rotundo de tres orejas -que pudieron ser cuatro- en la tercera de las Hogueras de Alicante, un éxito total del madrileño que vio como la corrida de su propia ganadería, El Freixo, funcionó, y mucho, con un toro, el quinto, premiado con la vuelta al ruedo.

La corrida de la polémica, entiéndase ésta por la controversia suscitada por la contratación de última hora de Rivera Ordóñez, Paquirri en los carteles, para sustituir al peruano Roca Rey, que este jueves pagaba caro y con sangre su triunfo de una oreja en Badajoz. El argumento de la empresa fue la de otorgarle la posibilidad de despedirse de la afición alicantina, ya que se retira de los ruedos al finalizar la temporada.

Pero nadie preguntó al aficionado si ellos querían despedirse de él o si prefería ver a otros toreros más nuevos que, además, vienen arreando fuerte, como Juan del Álamo, por ejemplo, triunfador en San Isidro y que hoy se quedó fuera del cartel en detrimento de un ´mediático´ que poco más puede aportar a la profesión.

Ureña estuvo sublime en su buen primero, al que cuajó una labor que aunó sentimiento, pureza, verdad, abandono y mucha expresión.

Toreo inmaculado y, sobre todo, muy sentido, muy templado también, con cadencia, elegancia y suma autenticidad. No se guardó nada el lorquino. Cumbre. Al natural fue el acabose por lo embebido que llevaba al astado, lo cerca que se lo pasaba y lo muy atrás que remataba cada muletazo. Solo faltó contundencia con la espada, de ahí la solitaria oreja que acabó paseando. Y tampoco anduvo acertado Ureña con los aceros en el sexto, de ahí que se esfumara la posibilidad de abrir la puerta grande tras otra importante faena.