El perfil medio de los 21 ciclistas que han perdido la vida en las carreteras españolas en lo que va de año es el de un varón, de 54 años, atropellado por un turismo en una carretera nacional, con mayor probabilidad en la comunidad valenciana.

Este es el perfil que resulta del análisis de las estadísticas de siniestralidad de la Dirección General de Tráfico (DGT) y del Banco de Datos de la Agencia EFE, en las que destaca también el elevado número de víctimas de más de 64 años.

Son tres víctimas más que en el mismo período de 2016, pero la Dirección General de Tráfico (DGT), varias administraciones autonómicas y las asociaciones de ciclistas están de acuerdo en la necesidad de adoptar medidas para frenar lo que el director de Tráfico, Gregorio Serrano, ha calificado de "sangría".

El punto de mira se ha puesto en los conductores de vehículos que circulan bajo los efectos del alcohol y las drogas, aunque el análisis de las circunstancias en las que fallecieron esas 21 personas revela que solo tres dieron positivo en el control posterior al suceso mortal.

Fue a raíz del atropello el 7 de mayo en Oliva (Valencia) de seis ciclistas, tres de los cuales murieron, por una mujer que dio positivo por alcohol y drogas, cuando se dispararon todas las alarmas.

Además, también había consumido alcohol el conductor de un todoterreno que causó la muerte de un ciclista de 34 años en Ibiza el 29 de abril, y el del turismo que mató a un hombre de 32 el pasado domingo, 11 de junio, en Oliva (Valencia), la misma zona donde se produjo el triple atropello mortal hace poco más de un mes.

La N-322, la que acumula más víctimas

La carretera nacional N-332, que recorre el litoral de la Comunidad Valenciana, desde la capital autonómica hacia el sur, ha adquirido un triste protagonismo en esta primera mitad del año con cinco ciclistas muertos en su asfalto, 4 en Oliva, en los dos citados atropellos, y uno el lunes en Villajoyosa (Alicante).

En toda España, diez de los ciclistas murieron en carreteras nacionales: además de la N-332 (5), N-301 en Murcia, N-340 en Castellón, N-420 en Lleida, N-120 en Navarra, y N-330 en Cuenca.

Ocho personas perdieron la vida en carreteras autonómicas y tres los hicieron en caminos asfaltados o pistas forestales.

Una de las medidas que el Ministerio del Interior está dispuesto a aplicar es la localización de los tramos de carretera con mayor siniestralidad para incrementar en ellos los controles y la seguridad.

Alarma en la Comunidad Valenciana

Por comunidades autónomas, además de los cinco muertos en la N-332, otras tres personas han perdido la vida cuando circulaban por otras vías en sus bicicletas en la Comunidad Valenciana desde enero, con lo que ésta acumula 8 de las 21 víctimas mortales (el 38 por ciento).

Se trata de un hombre de 60 años que sufrió una caída en una carretera autonómica en el término de Xaló (Alicante) el 13 de abril; un varón de 49 años, atropellado en un camino rural de la provincia de Castellón por un turismo cuyo conductor -un joven de 18 años sin carné- se dio a la fuga; y un anciano de 83, atropellado por una furgoneta en la N-340 en Vinaroz (Castellón).

Además, dos de los tres positivos por alcohol y/o drogas se dieron en los accidentes de Oliva, el 7 de mayo y el 11 de junio, por lo que las autoridades autonómicas ya han mostrado su intención de atajar cuanto antes esta situación.

En el resto de España, tres personas perdieron la vida en sus bicis en Cataluña (2 en Barcelona y 1 en Lleida), mientras que Andalucía (Granada y Huesca), Navarra y Madrid vieron como dos ciclistas resultaban muertos en sus carreteras.

Baleares, Castilla-La Mancha, Galicia y Murcia, completan el trágico mapa, con un ciclista muerto en cada una de ellas.

Hombres mayores

Las 21 víctimas mortales eran hombres, dato que está en línea con las estadísticas, que señalan que este ha venido siendo el patrón de los últimos años.

En 2015, último año del que se dispone un balance detallado de seguridad vial, 56 de los 58 ciclistas muertos eran hombres.

El porcentaje de mujeres heridas en accidentes con bicicletas se eleva, aunque en ninguno de los últimos años ha superado el veinte por ciento.

En cuanto a la edad de los fallecidos, el promedio se sitúa en 54 años, con solo dos víctimas menores de 30 años y cinco de más de 69, casi la cuarta parte.

Llama la atención que tres de las víctimas mortales superaban los ochenta años: Huelva (85), Barcelona (84) y Castellón (83), aunque este dato también está en línea con el de años anteriores que refleja que, aunque la franja de edad con más víctimas mortales entre los ciclistas es la comprendida entre los 35 y los 64, son más los que se sitúan por encima de esa horquilla que las víctimas jóvenes.

En 2015, último año con datos disponibles, el 27,5 por ciento de los ciclistas muertos en carretera tenía 65 años o más; de ellos, diez eran mayores de 75 años.

A falta de conocer los datos más recientes relativos a las vías urbanas (donde suelen producirse la mayoría de los accidentes ciclistas, aunque menos víctimas mortales), un estudio del RACE con estadísticas de 2014 alertaba de que casi la mitad de los ciclistas muertos en las ciudades tenía más de 65 años.