El lorquino Paco Ureña se libró de milagro de un cornalón en la corrida de ayer en Las Ventas, aunque acabó lesionado, con un golpe en la rodilla. El parte médico rezaba: «Fue asistido de un traumatismo en la rodilla derecha con inestabilidad ligamentosa, pendiente de estudio radiológico. Pronóstico reservado».

Ocurrió en el quinto toro. Ureña, que se había estrellado con un primero sin fortaleza alguna, se libraba de un cornalón en el quinto, que lo empotró contra las tablas al no darle tiempo a 'tomar el olivo' después hacerle un extraño en el capote. Pudo haberlo reventado, mas todo quedó en un golpetazo en la rodilla, del que quedó renqueante durante una de faena de actitud y arrestos ante un animal moribundo y aplomado en el último tercio.

«Me duele muchísimo», decía Ureña al término de la lidia. «Ojalá quede todo en el golpe». El torero se quejó también de cierta falta de criterio de un palco que no devolvió a un toro, su primero, que, a su parecer, «estaba reparado de la vista».

Fue una tarde en la que Curro Díaz y López Simón perdieron una oportunidad de oro de volver a triunfar en Las Ventas al no acabar de aprovechar a los dos toros más propicios de una floja y variada corrida de Montalvo, en la que el banderillero Manuel Muñoz resultó herido grave.