No puedo ocultar que soy un enamorado de los bares de barrio, esos lugares mágicos con olores y sabores tan característicos que van variando dependiendo de la hora en la que accedemos a ellos, igual que varía la clientela según el momento del día. El Chispo de Vistalegre es uno de estos lugares de los que hablo desde que abrió sus puertas hace 22 años en el murcianísimo barrio de Vistalegre, detrás del Morales Meseguer.

Antonio Sánchez Navarro y su mujer Toñi Ayllón Carrillo son los culpables de haber conseguido ese ambiente conformado de la sabia manera de mezclar desayunos con conversación, tapas caseras con simpatía o bocadillos y almuerzos con algún chascarrillo. Lugar de relax momentáneo para empleados de la ORA o de los servicios municipales de limpieza. Nos cuenta Antonio que su nombre, Chispo, no viene de ´chispera´, ni mucho menos, sino que ese era su mote en la mili.

Cuando accedemos al bar nos llamará la atención la gran barra central en forma de isla desde donde aseguran que sirven los quintos más frescos de toda Murcia. Cuentan también con una terraza cubierta en el exterior con doce mesas.

Empanadillas caseras fritas, catalanas, marineras, montaditos a la plancha de lomo, salchicha, longaniza, tocino o pechuga; pulpo al horno los sábados, caballitos, bocadillos de filetes de caballa, sobrasada o queso; alcachofas italianas con anchoa, mejillones en escabeche, calamares a la plancha, tigres, muslitos, gambas a la plancha o croquetas de ibérico son sus tapas más demandadas. Cuentan además con una treintena de diferentes cervezas artesanas.