Gran ambiente en el XXIII edición del Festival del Cáncer. Muy vistosa la actuación de Sergio Galán, con el de los espartales, que abrió plaza, parándolo en el centro del ruedo por dos veces, pues el toro tenía tendencia a buscar las tablas. Muy técnica nos pareció su actuación, dando el pecho y dejando tres pares de banderillas para cambiar después de cabalgadura con un caballo que hizo el piaffé en las mimas barbas del toro y que después citaba con el balanceo. Bien con la banderillas cortas, cerrando pegado a tablas haciendo el teléfono. Rejón en todo lo alto y descabello. Una oreja.

Increíble parece que Pepín esté varios años retirado. Liria, que está como un junco, se fue a la puerta del miedo a esperar a su enemigo sin pestañear; una larga, tres chicuelinas, dos medias y una afarolado y el clamor en los tendidos. Con la muleta dio comienzo, rodillas en tierra, en terrenos del sol, sacándose el toro hacia los medios con cuatro muletazos y el de pecho. Después torea en redondo con la muleta muy baja y ajustadísimo, con un tono templado y dibujando otra serie excelente, para pasar a la izquierda, donde cuaja dos o tres muletazos de trazo señorial. Nueva serie con la derecha, haciendo el péndulo y enroscándose el toro como si fuera un cinturón. Cerrando con dos circulares y descarándose ante el toro. Colocó en suerte al toro con el cuerpo y se fue como un torbellino detrás de la espada, colocando una estocada muy honda, aunque el toro tarda en doblar. Dos orejas tras aviso.

El Fandi tuvo una faena de las que le encanta al público y también de las que ´tardan´ en llegar al aficionado puro, aunque su entrega ha sido total a lo largo de toda ella. Recibió de rodillas con el capote, para dejar después un vistoso quite, cerrado con el capote a la espalda. Espectacular con los palos, como siempre. Con la mujer empezó también de rodillas en el centro del ruedo, para continuar en redondo tirando de manera muy profunda del toro con molinetes y martinetes de por medio, antes de pasar a la izquierda y cerrando con adorno y manoletinas de rodillas, levantando los aplausos del respetable. Estocada que provoca derrame. Dos orejas y rabo.

A Cayetano le tocó un toro menos colaborador que los anteriores. Por eso poco lucir con el capote y con la muleta tampoco cogió altura la faena, a pesar de su voluntad. Faena cargada por el pitón derecho ya que, cuando utilizó la izquierda, aunque trató de estirarse, no llegó a cuajar regresando a la derecha donde cobró algo más de tono. Con ayudados puso fin a una faena que no llegó a remontar, a pesar de los deseos de sus seguidoras que no pararon de jalearlo. Metisaca en la suerte contraria y estocada en los mismos terrenos. Una oreja.

Le apretó mucho a Ureña el colorao junto a tablas, hasta ponerlo en aprietos. Un toro que escarbó ya en de salida precioso quite por chicuelinas rematado con una belmontina. El toro era reservón y algo arisco y Ureña intentó hacerse con él desde el primer muletazo poniendo mucho oficio y ganas. Si el lado derecho no era claro, por el izquierdo tenía los mismos defectos y además cortaba el viaje, aunque el de Lorca insistía por ese pitón llegando incluso a desarmar al torero. El lorquino, en su intento de agradar, volvió a la derecha provocando al animal y siendo muy aplaudida su entrega ante un toro cada vez más incómodo. Oreja como premio a su esfuerzo y a la estocada.

López Simón recibió a pies junto a su enemigo con suaves lances ganando terreno y saliendo suelto el toro. También a pies juntos comienza con la muleta en los medios, serie plena de sabor ante un toro que rebrincaba al final de cada muletazo. Muleta a la izquierda con más ganas que brío ante un toro que también arrollaba en sus envestidas, con un López Simón que se fajaba ante el toro sin ceder ni un milímetro y queriendo agradar al público. Estocada a caída y premio también a su entrega con dos orejas.

Buen comienzo de Fran Ferrer ante un toro de buena presencia con dos largas cambiadas para lancear después con gusto y soltura. Quite por chicuelinas con mucha solvencia y estilo. Con tres muletazos de rodilla y el de pecho, inicia Fran su faena con la franela. Derechazos en redondo adelantando la muleta, jadeados por los paisanos y desplante tras serie de naturales para volver a la derecha con mucha decisión y desparpajo. Eso sí, con la muleta a media altura. Versión efectista de Fran que está, lógicamente, en los comienzos de su carrera. Tres pinchazos y estocada. Dos orejas.