El viento impidió que el Juli se luciera con el capote, intentando fijarlo. Con la muleta comenzó con mucho mimo y gusto, continuando, fiel a su estilo, bajando el trapo a la arena, ante un toro que al caballo entró con la cabeza alta, tocando el estribo del picador. Faena cargada por la derecha, ante un rival que no llegó a romper y que no era de mala condición, aunque le faltó alto de transmisión. Concluyó con pinchazo, media trasera y caida, y descabello.

Muy torero y decidido salió el Juli ante su segundo toro, al que dejó entero en caballo, no haciéndole sangre, ni para una mancha en la camisa. Con el capote destacó en un quita por ´delantales´, rematado garbosamente. En la muleta abrió a pies junto pasándose el toro que venía de largo muy cerca. Después varias series con la derecha, muleta baja y pleno de nervios y ganas, haciendo varios cambios de manos muy vistosos. Con la izquierda también ligó series muy estimables. Finalizó de media trasera efectiva.

Perera, ante un toro anovillado, se lució en los lances de saludo, posteriormente con la muleta, ante un rival que iba y venía con alegría, cuajó una faena por ambos pitones con mucho temple, llevando al toro largo, dejándole puesta la muleta de un muletazo a otro.

Conectó con los tendidos, levantando los primeos olés de la tarde. Por la izquierda, la faena tuvo el mismo nivel, destancando una serie sin mover los pies en el centro del anillo, en la que se pasó al toro por delante y por detrás, cuantas veces quiso. Concluyó con estocada en el sitio de las banderillas, desorejando finalmente a su rival.

Muy grande y mansurrón fue el quinto de la tarde, no dando opción a Perera a lucirse. La faena comenzó con la derecha tocándole en muchas ocasiones el toro el engaño, tan solo cuando se echó la muleta a la izquierda la faena cobró cierto nivel. A pesar de ello el público le pidió la oreja, seguramente por la estocada que dejó al primer intento, que aunque provocó vómito el generoso público ciezano pidió con fuerza la oreja para el extremeño.

Resultó inédito Talavante ante su primer enemigo, un toro bobo y soso, que lo único que le servía para ser un toro de lidia eran los cuernos. Llegó incluso a rechazar la música. Sin despeinarse acabó con él de pinchazo, estocada y descabello.

Quedaba el sexto y Talavante era el único de la terna que aún no había tocado pelo, por lo que salió a todo trapo, recibiendo al último de la tarde, muy similar al segundo en presencia y juego, con un afarolado para continuar con una mezcla de verónicas y chicuelinas que enaldecieron al respetable.

Posterior a la suerte de picar, ejecutó un precioso quite por gaoneras recibiendo la ovación del público.

El tono de la faena continuó de la misma manera, comenzando rodilla en tierra para llevarse al toro al centro del anillo, donde llevó a cabo varias series por la derecha con mucho ligazón y gusto, templando la embestida de su oponente. Efectuando un toreo de desmayo. El mismo nivel tuvo la faena con la izquierda, donde templó y tiró muy suave de su oponente.

Cerró la faena con una serie de varias manoletinas muy ajustadas, incluso alguna de ellas mirando al tendido, cuando cuadró a su enemigo en el ambiente de la plaza había el deseo de que no pinchara para salir por la puerta grande. El primer intentó pinchó, pero en el segundo consiguió una gran estocada, recibiendo dos generosas orejas.