Recién estrenada la primavera ya son muchas las personas que comienzan a padecer las temidas alergias primaverales, un factor que afecta cada vez a un mayor número de personas. La alergia viene a ser un proceso mediante el que determinadas personas reconocen como extraña una sustancia denominada alérgeno, que induce en el alérgico una respuesta de su sistema inmunológico, que da lugar a su vez a una serie de manifestaciones clínicas propias de las enfermedades y reacciones alérgicas. Los científicos aseguran que, este año, la primavera va a ser mucho más agresiva.

En la primavera se produce la gran mayoría de las reacciones alérgicas, puesto que es el período cuando muchas plantas producen polen, una sustancia a la que es alérgico aproximadamente un 20% de la población. El polen tiene un aspecto de polvo amarillento y es una sustancia realmente pequeña que, cuando se dispersa, se vuelve prácticamente invisible.

Pero el problema está en que el polen es reconocido por el cuerpo como una sustancia enemiga a la que se debe destruir.

Precisamente la alergia primaveral, y la alergia al polen en sí, produce rinitis estacional, cuyos síntomas tienden a variar de un paciente a otro, aunque por regla general éstos se caracterizan por irritación y picor de ojos, nariz, faringe y paladar.

En caso de que aparezcan los síntomas de la alergia primaveral, sobre todo con el comienzo de la primavera, se debe acudir al médico para que realice un diagnóstico definitivo.

Consejos para evitar las alergias primaverales

  • Disminuir las actividades al aire libre, a ser posible durante las cinco y las diez de la mañana y de siete a diez de la noche. Y cuando se salga a la calle, ponerse gafas de sol para proteger los ojos.
  • Evitar salir aquellos días de viento, cuando la polinización es alta y cuando, por tanto, la concentración de pólenes es mayor.
  • Mantener las ventanas cerradas por la noche y utilizar por ejemplo aire acondicionado con filtros, y mantener cerradas las ventanillas del vehículo.
  • Durante los días de polinización, no secar la ropa en el exterior.