Pablo Ráez, el joven marbellí de 20 años que ha luchado incansablemente contra la leucemia desde los 18, falleció ayer después de que anunciase a mediados de enero que su cuerpo rechazó el trasplante de médula al que se sometió, el segundo desde que se le diagnosticó la enfermedad. Más allá del final, de este deportista que se definía a sí mismo como un «jodido titán», quedarán para siempre en la mente de los españoles por su optimismo, su entereza ante la adversidad y la serenidad con la que afrontó su dolencia, así como las ganas de ayudar a los demás aun estando él una encrucijada de difícil salida.

Ráez conquistó el corazón de decenas de miles de personas en agosto de 2016, cuando publicó su ya célebre carta «Siempre fuerte, siempre»,«Siempre fuerte, siempre» en diversas redes sociales. A los pocos días de su publicación, la misiva se había hecho viral, tras alcanzar los 103.000 «me gusta» en Facebook y los 53.000 en Instagram. En la primera red social, fue compartida 72.000 veces.

Ráez falleció ayer en su casa. Decenas de miles de personas expresaron su pésame por lo sucedido a través de las redes sociales.

En esa carta, narraba cómo le diagnosticaron leucemia y contaba que se había sometido a sesiones de quimioterapia y a la operación de trasplante. Se lo dijeron en marzo de 2015 y ahí comenzó su lucha. «Después de unos diez meses limpio me dicen que vuelvo a tener leucemia, por lo que hay que repetir el proceso, con la diferencia de que esta vez no tengo donante de médula. Hay que buscar a fondo, ya que el trasplante último fue de mi padre».

Un mensaje inspirador

A partir de agosto de 2016, su actividad no se limitó sólo a informar de las posibilidades de lograr un nuevo donante de médula, sino que más allá de lamentarse o de encerrarse en sí mismo, decidió abanderar una lucha por aumentar el número de donantes de médula ósea y plaquetas, convirtiéndose en un ejemplo cívico de cómo encarar un requiebro amargo de la vida dándose a los demás. Su mensaje inspirador no cayó en saco roto, hubo decenas de miles de personas que lo escucharon con atención, que seguían sus post en Facebook, celebridades que se arrimaron a él para alentarle en su largo camino, como cuando Dani Rovira, actor y humorista, lo visitó el 3 de septiembre de 2016 en Carlos Haya para insuflar aún más altura de vuelo a su campaña.

Y sus palabras, sus mensajes, su eterna sonrisa reflejada en decenas de fotos obraron el milagro: El Plan Nacional de Médula también pulverizó todos sus números por el mismo motivo. En 2016 se alcanzaron los 281.969 donantes, de los que 74.397 eran nuevos. En la Región de Murcia, solo en un mes se recibieron las mismas peticiones de donación que en todo un año.

El saldo final

En Málaga, su provincia natal, el saldo final fue que en 2016 había 11.201 donantes nuevos, lo que supone un aumento del 1.300%, de forma que de las 300 peticiones mensuales se pasó a 2.000 a partir de agosto, cuando Ráez comenzó con su campaña. Al mismo tiempo, lanzaba continuos mensajes llenos de positividad, de superación y en uno de sus post se llegó a definir como un «titán».

A medida que pasaban los meses, Ráez, cuya salud empeoró durante septiembre, octubre y noviembre, continuaba volcando su optimismo de deportista que nunca se rinde en sus post. «Yo no pido que donen para mí, a mí me da igual morirme. Yo lo que quiero es aportar mi granito de arena a este mundo y hacerle ver a la gente que donas por un mundo mejor. Esto podría pasarle a tu madre, a tu hermano, a tu vecino, donas porque no te cuesta trabajo donar y es en lo que me centro, en la donación».

Y aplicaba una lógica realista aplastante: «Esta vez, más que optimismo es aceptación. Hay que saber diferenciar sobre todo el presente de los miedos. Yo podría tener miedo de no saber cuándo me voy a morir o de que no haya médula, pero ¿por qué voy a pensar eso si no ha pasado?».

Ráez fue sometido a un segundo trasplante y el 19 de diciembre pasado recibió el alta, pero el 25 de enero él mismo se encargó de trasmitir a través de las redes, sin alarmismo alguno, que las cosas no estaban yendo del todo bien. «He estado más ausente estos días, ya que estoy centrando en mí la poca energía que tengo para superar esta etapa, que está resultando difícil, pero no imposible».

Reacciones de Rajoy y Díaz

Las reacciones a su fallecimiento no se hicieron esperar. El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, puso un tuit en el que decía: «Nos ha dejado un luchador, un ejemplo de vitalidad. Mi recuerdo está con la familia de Pablo Ráez, un afectuoso abrazo #donamédula. MR». El exsecretario general del PSOE Pedro Sánchez señaló también a través de Twitter: «Triste noticia la muerte de Pablo Ráez, cuya valentía y lucha fue verdaderamente admirable. Mi cariño a su familia y amigos. #DonaMédula».

La presidente de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, se sumó a las muestras de dolor: «Pablo Ráez nos ha enseñado a pelear por la vida. Se va pero nos deja su ejemplo y su valor. Mi pésame a su familia y amigos. DEP #donamédula». Asimismo, el Ayuntamiento de Marbella ha decretado dos días de luto oficial por su fallecimiento y ha suspendido la entrega de medallas de la ciudad, prevista para el 28 de febrero. Ahora, se le entregará a título póstumo. El alcalde, José Bernal, señaló «la terrible pérdida de una persona que ha sido un ejemplo de lucha y de superación para todos». Su adiós ha sido discreto, pero el símbolo de su lucha por aumentar las donaciones siempre permanecerá como un ejemplo impagable de amor a la vida y a sus semejantes, un canto al humanismo. Ráez es ya un héroe cívico. Descanse en paz.