El tiempo se detuvo en 1952 en la Bodega Teodoro, nada más trasladarse desde el Huerto de las Bombas tras su demolición y donde abrió por primera vez sus puertas en 1835.

Teodoro Castellón mantiene, como el primer día, el local que inauguró su padre en Ronda Norte, cuando se construyó el popular barrio de Santa María de Gracia.

Resulta increíble que quepa en tan poco espacio (apenas tiene capacidad para 25 personas) tal cantidad de historia, 13 barriles, garrafas antiguas, cuatro depósitos metálicos de vino, paredes repletas de fotografías originales de futbolistas de todos los equipos e históricas fotos de las más afamadas plantillas del Real Murcia, ciclistas, toreros, almanaques y pósters de los años 60 y 70, recortes de prensa y una llamativa piedra de mármol con diez históricos grifos con los nombres tallados de: paloma, anís dulce, licor de cola, menta, café, mistela, moscatel, vermú, agua y coñac.

Un histórico lienzo en el que aparece un entierro desbaratado por un toro en el camino al cementerio reza: 'Bodega Teodoro y vino Simón. Ningún probe lleva un entierro bien lucío'. Y bajo él, toda la oferta de tapas y vinos de la Bodega Teodoro tras sus vitrinas: patatas cocidas con ajo, jamón ibérico, atún de ijada, quesos gouda, de cabra, manchego o roquefort curado en aceite de oliva, sabrosísimos michirones repletos de tocino, sus marineras, huevas de mújol y mojama, su pulpo al horno que preparan todos los días, todo tipo de conservas como navajas, berberechos y los mejillones de las rías gallegas y ¿cómo no?, su popularísimo 'huertano', un mini bocata de sobrasada de chato murciano, jamón, tocino y tomate o sus 'alpargatas' de sobrasada de chato, jamón ibérico y caviar de tomate (tapa con la que participan en la Ruta de la tapa de Santa María de Gracia) o sus pulguitas de ahumados y todo tipo de embutido.

Venden vino de Jumilla Alceño a granel a 1,80 euros el litro y un exquisito vermú casero a 3,50 euros el litro. Cuatro barriles en la puerta del local permiten tapear en la calle.