­Hacía cuatro años que no salía el sol en la corrida de Feria de Abarán, en una tarde en la que el público estuvo como siempre muy a favor de los toreros. Enrique Ponce estuvo muy discreto con el capote en el primero de su lote. Con apenas un puyazo se cerró la suerte de varas, con la muleta se pasó casi toda la faena protestando, debido al viento, hasta que consiguió llevarse a su enemigo a la zona de papelillos, donde el viento templa un poco. Allí consiguió dos o tres tandas con la derecha de muy buen trazo, aunque me resisto a no ver que usa en demasía el ´pico de la muleta´. Cerró dos de esas tandas con dos excelentes pases de pecho y para concluir necesitó de tres pinchazos y una estocada algo descolgada, recibiendo la ovación del público y saludando desde el tercio. Espoleado salió Ponce en su segundo, porque se había quedado atrás en cuanto a trofeos. Esta vez estuvo mejor con el capote, ganándole terreno al toro. Con la muleta hasta la parte final de la faena no compuso la figura. Concluyó con estocada caída y trasera a la moda, consiguiendo desorejar a su rival.

López Simón, en el primero de su lote, estuvo firme y poderoso con el capote. En el tercio de varas recibió un leve puyazo. Con la muleta comenzó la faena de rodillas en el mismo portón de cuadrillas, dando diez derechazos a su rival y el de pecho, para seguir toreando en redondo, usando muy poco la mano izquierda. Entró a matar casi desde el hotel, dejando un bajonazo infame. En el segundo de su lote se lo sacó con el capote hasta el centro del anillo. Se le coló el toro al inicio de la faena de muleta, desarrollando sentido y mostrándose áspero y dando tornillazos cada vez que entraba al encuentro. Faena de oficio que solo calentó al público cuando recurrió a los adornos. Finalizó la faena con estocada casi entera cerrando su tanda con otra oreja como premio a su aptitud.

Antonio Puerta, flamante triunfador por segundo año consecutivo de la Feria de Murcia, recibió al primero de su lote con una larga cambiada, para lancear después con un temple enorme, ganándole terreno hacia los medios. En el tercio de varas solamente untó de sangre la punta de la puya.

Muy despacio y de rodillas inició la faena de muleta. Una faena donde hubo de todo: toreo en redondo, al natural, circulares, molinetes y hasta desplantes, todo bajo el denominador común del temple. Concluyó de estocada algo caída, consiguiendo desorejar a su rival.

En el sexto de la tarde llegaron los oles ´de corazón´ desde el comienzo con el capote. De manera primorosa se dobló Puerta con la muleta para comenzar la faena. Continuando con series por la derecha muy templadas y largas. Sufrió un revolcón, pero el toro no consiguió frenar al de Cehegín, que se reincorporó con más fuerza a la faena, creciéndose toro y torero y dando un recital uno de torear y otro de embestir. Cogió la muleta con la izquierda, llevando a cabo varias tandas prendido el toro en el engaño, a la vez que volvía a sonar con fuerza los sones del pasodoble Nerva, que es de los que más calienta un público, sobre todo cuando lo que se ve en el ruedo es del mismo nivel. En la última fase de la faena llegaron las peticiones de indulto y, tras repetir varias tandas sin parar de tocar la banda, el público ganó la batalla, indultando Antonio Puerta a su primer toro de nombre ´Historieta´.