­«Maestro eso de matar usted lo lleva mal», le espetó un periodista a Curro Romero, a lo que el Faraón le respondió «Matar, si hasta la palabra es fea». Por eso, por no matar se le fue a Filiberto un gran triunfo en el día de su alternativa. ´Pitarroso´, número 58, de 490 kilos y de capa negra fue el toro que le cedió Ponce para su alternativa. En este toro, Filiberto estuvo por encima de las cualidades de su oponente, recibiéndolo con el capote muy relajado. En la faena, aunque su enemigo iba con la cara alta y perdiendo las manos, el de Calasparra lo intentó con la derecha y no convencido se echó la muleta en la mano izquierda, dejando varios naturales con mucho gusto, y aguantando en un circular. Toro de envestida ´cansina´ al que despachó de pinchazo hondo y dos descabellos, teniendo ovación y saludos desde el tercio. El samueles fue pitado en el arrastre.

Donde estuvo realmente excelente fue en su segundo. Un toro con dos tremendas perchas ´afilás´, puntiagudas, que podían servir para colgar abrigos o para pinchar globos; sin embargo, se mostró presto, aunque perdiendo las manos para acudir a la muleta del calasparreño que corrió las manos con gusto en el primer encuentro, rematando con un excelente pase de pecho. A partir de aquí, la faena tomó grandes vuelos, pues Filiberto llevó a cabo un ramillete de pases en redondo larguísimos, templados y con mucha torería que levantaron un auténtico clamor en el respetable. Por ese pitón izquierdo no iba, por lo que regresó a la derecha citando de lejos llevando embarcado muy largo al toro en unos muletazos de trazo exquisito. Cuando fue a coger el acero el público le pedía que siguiera toreando, pero el calasparreño colocó al toro y entró a matar recibiendo, dejando un pinchazo y estocada tras un segundo intento. Con cinco intentos de descabello el toro se echó, surgiendo lamentos del público por haberse dejado con la espada un grandísimo triunfo en una importante plaza. Aviso y gran ovación.

Ponce sacó brillo a su primer enemigo, un toro por el que nadie daba un duro, pero le dio su sitio y le arrancó una muy buena faena, a un rival que lo manejó como quiso por ambos pitones. Concluyó con estocada infame, impropia de un matador con veinticinco años de alternativa. Recibió ovación tras aviso.

En su segundo, ante otro toro de paso a carreta, Ponce se hincó a dar pases, que no a torear, hasta que uso la izquierda, dejando al final un precioso cambio de manos. Se quejó durante la faena de la vista del toro, concluyó con gran estocada, recibiendo un apéndice como premio.

El Fandi estuvo toda la tarde en su papel con dos suertes de banderillas excelentes y en un primer toro manejable en sus inicios, pero que terminó rajándose y el granadino ´quitándole las moscas´. Sin embargo, el público le apretó al presidente hasta conseguir una oreja.

En su segundo se repitió la historia, lo recibió con una larga cambiada, tras la cual el toro se lio a dar vueltas por el ruedo. Una suerte de picar impropia de una plaza como esta y de una matador de toros, quite por lopecinas ante los silbidos y palmas de tango del público. Toro de buena condición que se fue diluyendo ante la insípida faena del granadino, que se refugio en los adornos fáciles. Estocada trasera.