La novillada que cerraba la feria de Blanca estuvo a punto de convertirse en un grave altercado de orden público. Todo por el último novillo, que tras una fulgurante salida se mostró descoordinado e incapaz de mantenerse en pie, por lo que su lidia resultó imposible y tuvo que ser apuntillado.

El público comenzó a protestar y a lanzar toda clase de objetos al tiempo que insultaban al señor presidente, don Bernardo Escribano, quien nada podía hacer ni tenía culpa alguna toda vez que se había lidiado al sobrero que exige el reglamento taurino para esta clase de festejos y plaza. El público ya venía caliente del novillo anterior y se enfadó notablemente, aunque todo quedó, afortunadamente, en nada más que protestas.

LA OPINIÓN pudo hablar con la veterinaria, María Gómez, quien aseguró que los novillos habían tenido un comportamiento totalmente normal en el encierro del día anterior y que nada parecía apuntar al comportamiento de hoy. Por lo demás, la primera parte había sido triunfal, tanto por los novillos como por los novilleros, con dos excelentes faenas de Silva y Lagartijo, quienes mostraron unas maneras y condiciones excelentes para esta profesión, cortando dos orejas cada uno y optando, al final, por abandonar la plaza a pie dada la situación.

Miguel Ángel Silva es un novillero de alta figura y porte. Ha recibido al primero al hilo de las tablas, ejecutando una tanda de verónicas muy toreras y realizando un quite por verónicas, tras el tímido encuentro del cuajado novillo con el picador, cerrando con una larga cordobesa. Como decimos, muy buenas maneras ha mostrado el extremeño con la muleta, citando de lejos y embarcando al novillo en muletazos templados. El de Algarra tenía fijeza y nobleza y entraba humillando cuando Silva le presentó la muleta con la mano izquierda, cuajando una gran serie. Cerró con circulares y manoletinas, poniendo la guinda con una gran estocada. Dos orejas.

En su segundo, en vez de actuar la banda de música, el público se convirtió en un auténtico coro gritando «¡fuera, fuera!» a un hermoso ejemplar de Algarra que perdía las manos continuamente, siendo devuelto y sacrificado por Silva en el mismo ruedo. El sobrero, también de Algarra, tenía pinta de renacuajo..., chico, vareado y corto de defensas, lo que levantó las protestas del respetable. Ante tal juguete, Silva ha puesto ganas, logrando sacarle partido a base de insistir y aguantar, mostrando un oficio considerable y destacando una serie al natural. Dos pinchazos y media estocada. Ovación y vuelta.

Lagartijo es menudo de talla y tiene nombre de califa cordobés, y además tiene valor y maneras. A su primero lo recibió con una larga cambiada, sacándolo al centro del anillo con una serie de verónicas exquisitas. De rodillas inició la faena de muleta ganado terreno. El de Córdoba tiene corte de torero valiente y alegre, y cada uno de sus muletazos echaba... gusto y sabor a la Andalucía más profunda. Faena cargada por la derecha, donde no faltaron adornos como circulares invertidos y unas apretadas bernardinas. Estocada caída, dos decabellos. Aviso y dos orejas.

Como queda dicho, a su segundo hubo que apuntillarlo en el centro del anillo sin posibilidad de faena alguna.