La rica y variada gastronomía murciana quizá tenga su plato cumbre en el tradicional pastel de carne murciano, una receta árabe para algunos, datada en la edad media para otros o incluso una apropiación musulmana de una receta del tiempo de los romanos que ha logrado llegar a nuestros días con el mismo sabor y la misma fuerza con la que nació. El primer hecho documental de la receta del pastel de carne murciano se produce en las Ordenanzas de 1691, promulgadas por Carlos III, y desde entonces se han sucedido las normativas y ordenanzas para regular y legislar la composición idónea de esta joya de la gastronomía murciana.

Y es que algo tiene el pastel de carne cuando lo bendicen. Corría el año 1926 cuando abrió sus puertas la pastelería Barba en la esquina de las calles Riquelme y Giménez Baeza, que tres años más tarde pasó a denominarse Zaher a manos de los socios Zamora y Hernández, quienes elaboran y miman esta tradicional receta del pastel de carne de carrillera y su excelente variedad con sesos.

Sota, caballo y rey, no hay más: desayunos, pasteles de carne (servidos sobre papel, con su especialísimo corte), empanadillas, aceitunas variadas y espectaculares cuernos de merengue es básicamente la oferta de Zaher (Barba) servidos por Antonio, Manolo, Pencho, David y José.