Aunque estos días vuelvan a ser noticia los codiciosos que idean tretas financieras para enviar sus fortunas a paraísos fiscales y sociedades turbias, en España quedan personas buenas y ejemplares, capaces de dar una enorme lección de generosidad a los insolidarios: Emplear el dinero en cambiar para siempre la vida de una humilde familia del barrio del Perchel.

Es lo que ha hecho un importante empresario de Ibiza, que prefiere permanecer en el anonimato. Este desprendido hombre de negocios conoció en la edición digital de La Opinión de Málaga la historia de Alejandro, el quinceañero con parálisis cerebral y un 99 por ciento de minusvalía que vive con sus padres desempleados en la primera planta de una vivienda social de la Junta sin ascensor y de dos alturas en la plaza de Doña Trinidad, en El Perchel.

Los padres de Alejandro, Juan José Navarro e Inmaculada Sarmiento, llevaban 13 años pidiendo a la Junta de Andalucía y al Ayuntamiento de Málaga una vivienda en una planta baja, sin resultado.

El empresario ibicenco contactó el pasado lunes con La Opinón de Málaga para conseguir el número de teléfono de la madre de Alejandro y ese mismo día le comunicó que le compraría una casa al niño y la pondría a su nombre en el lugar de Málaga que los padres eligieran.

"Al ver su caso me dije: esto no puede pasar", explicaba ayer el empresario, que señaló que es padre de familia y no podía permitir la situación en la que vive Alejandro.

Como una muestra más de su generosidad, ayer mismo le hizo a la familia una transferencia para aliviar su situación económica: Inmaculada, trasplantada de riñón y Juan José, con fuertes dolores de espalda y en rehabilitación, están en paro y sobreviven con los 400 euros de la pensión de su hijo. De hecho, esperaban que este viernes les cortaran la luz por impago. Para empeorar la situación, el niño se recupera de su cuarta operación (lleva tres de cadera y la última de rotura de fémur) y como el padre está mal de la espalda y la madre diagnosticada de taquicardia, no podían bajarlo a la calle con el carro.

"No supe qué decir, me quedé blanca y no me lo creía, me hinché de llorar", reconocía ayer Inmaculada, que señaló que sólo quiere para su hijo una planta baja y no hace falta que tengan que dejar su barrio.

"Nadie ha hecho esto nunca por nosotros, ni la Junta ni nadie. Este hombre es un ángel venido del cielo: sin conocerme de nada le va a dar una casa a mi hijo", reconoció y contó que el empresario le ha pedido que le haga "un regalo grande a Alejandro, de algo que le guste y le haga una foto con el regalo y se lo mande".

El donante anónimo explicó a La Opinión que hará lo posible por acelerar los trámites para la vivienda y les ha pedido a los padres la documentación del niño y la de la casa que ocupan para conocer a fondo su situación.

Los Navarro Sarmiento viven desde 1999 en un corralón de viviendas sociales de alquiler por el que pagan 50 euros al mes. Dos años después, en 2001, nació su hijo Alejandro y al vivir en una casa con los dormitorios en la parte de arriba, además de en una primera planta, la situación se les hizo imposible y aproximadamente en 2003 presentaron la primera solicitud a la Junta para pedir el traslado a una planta baja.

Del gesto de este empresario también habló el presidente de la asociación de vecinos de La Trinidad, Juan Romero, con quien contactaron los padres de Alejandro en su día para pedir ayuda.

"Dios existe". "Dentro de lo que tenemos aquí, con gente con dinero en paraísos fiscales, una persona así llama la atención. Alguien que intenta ayudar a estas criaturitas ya tiene la gloria ganada". El presidente vecinal recalcó que los padres de Alejandro "son personas sencillas, humildes y sin ningún vicio, están los dos enfermos y sin posibilidad de encontrar trabajo y nada más están por el niño".

Juan Romero, veterano dirigente vecinal, confesó sin dudarlo que "como católico que soy, esta es la prueba fehaciente de que Dios existe".

En medio de la corrupción y el incivismo financiero, gestos como el de este empresario demuestran que la bondad también tiene su espacio en la España de 2016.