Nuevas evidencias de la existencia de tubos de lava vacíos, en el subsuelo de la región lunar de Marius Hills, han sido presentados en la 47ª Conferencia de Ciencia Lunar y Planetaria (LCSP).

Rohan Sood, de la Universidad de Purdue en Indiana, ha estado examinando los datos obtenidos de la misión de la NASA Gravity Recovery and Interior Laboratory (GRAIL), con el fin de obtener una mejor idea de a qué se parece el interior de la Luna.

Lanzada en 2011, el objetivo de la misión GRAIL, integrada por dos naves, fue medir el flujo y reflujo de la gravedad lunar con una precisión extrema. Con el tiempo, la información reunida ha proporcionado a los científicos la oportunidad de obtener una mejor comprensión de las características del subsuelo de la Luna, en particular sobre los tubos de lava enterrados qué se cree que existen.

Utilizando estos datos, el equipo de Purdue evaluó la presencia y extensión de los tubos de lava antigua ahora vacíos debajo de la superficie de Marius Hills. Para evaluar la posibilidad de tubos de lava, Sood y su equipo se basó en una estrategia de dos niveles de gradiometría y correlación cruzada de regiones específicas. Mientras que la gradiometría calcula el potencial gravitacional de un conjunto de datos armónicos esféricos, la correlación cruzada utiliza los datos de las pistas individuales en función de la aceleración relativa entre las dos naves espaciales a medida que avanzan a lo largo de sus órbitas respectivemente.

Al igual que la Tierra, el campo gravitacional de la luna se ve afectado por las masas debajo de la superficie. "Cualquier campo gravitatorio se ve afectado por la densidad del material", dijo Sood. "Si una nave espacial vuela sobre un bloque de material denso, se experimentará un aumento en la fuerza de gravedad contrario a cuando se vuela sobre un vacío tubo de lava, en cuyo caso, habrá una disminución de la atracción gravitatoria experimentada por la nave espacial".

Cuando localizó un agujero en Marius Hills, el equipo descubrió una firma gravitacional indicativa de una cavidad subterránea. Pero eso no fue todo. Distribuidas a través de la cara visible de la Luna, Sood y sus colegas tomaron nota de datos de GRAIL que indicaron al menos diez firmas que podrían asemejarse a los tubos de lava. Todos están situados cerca de las zonas oscuras dejadas por los antiguos mares volcánicos, con algo más 100 kilómetros de largo y varios kilómetros de ancho.

Naturalmente, hay algunas dudas en cuanto a si las lecturas son indicativas de tubos de lava reales. A medida que el equipo se expresa en su su estudio --'Detection of Buried Empty Lunar Lava Tubes Using Grail Gravity Data'--, las estructuras que buscaron fueron similares o de menor escala que la resolución de los datos de gravedad.

Como resultado de ello, fue difícil determinar si lo que identificaron fue la señal de una cavidad subterránea, o un artefacto numérico en los datos. Debido a esto, demostrar la existencia de tubos de lava subterráneos estables requerirá una misión de próxima generación, con instrumentois que sean capaces de penetrar en la superficie lunar y confirmar la presencia de huecos, informa Universe Today.

Esta no es la primera vez que investigadores de Purdue han presentado un caso de tubos de lava lunares estables en la Lunar and Planetary Science Conference. El año pasado, un equipo de investigadores del Departamento de Ciencias Atmosféricas y Planetarias (que incluía a Sood) utilizó los datos proporcionados de por la misión GRAIL para especular que algunos tubos de lava lunar podrían medir hasta 1 kilómetro de anchura.