En 2004 el ovetense Antonio Rueda decidió trasladar una porción de su Asturias natal a Benidorm y eligió situarla en una plaza de difícil acceso y de ahí el nombre de La Sidrería Escondida. Luego abrió otra en Alicante (hoy con otro nombre) y en el verano de 2007 inauguró la sidrería murciana en la calle Santa Quiteria, en esta ocasión menos escondida, en plena zona de las tascas murciana, tras la plaza Europa.

Después de ocho años entre nosotros podemos concluir que, gracias a la gastronomía, han sabido traducir el sabor del bable a nuestro dialecto, el panocho.

La clave en todos estos años ha sido traer una excelente carne de buey de pasto asturiana, productos autóctonos y comidas caseras tradicionales y, por supuesto, una fresquísima sidra de fermentación natural asturiana, sin carbónico, escanciada gracias a los ´isidrines´ (dispensadores automáticos con los que no tendremos que alargar el brazo y sólo hay que depositar el vaso en su soporte y apretar un botón para servirnos, sin derramar ni una sola gota, interminables ´culines´ de este ´vino´ de manzana descubierto antes de Cristo).

Esos son los pilares fundamentales de La Sidrería Escondida que nos ofrece Antonio con la ayuda de Mar, Niurka y Juan, acompañados por sus croquetas de jamón ibérico, de morcilla asturiana, de cocido, de setas o las insustituibles croquetas de cabrales.

Además de sus rotundos platos de cuchara, como la fabada o el pote de berzas, no debemos dejar de probar sus cebollinas rellenas (cebollas guisadas, vaciadas y rellenadas de bonito y de nuevo guisadas con vino blanco) o sus ensaladas de quesos asturianos, de cecina o la ´escondida´ (con lechuga, tomate, queso, salmón ahumado, gulas y bocas de mar).

Nos ofrecen también morcilla Matachana, picante y sin piel y patatas al cabrales; además de pastel de cabracho, pimientos de Padrón, carrillera caramelizada con patatas, lacón aliñado, o los riquísimos chorizos a la sidra con su inconfundible sabor ahumado.

Además de sus tablas de quesos y embutidos, como la cecina, el chorizo picante de León, el queso de Cabrales o el Queso Afuega´l pitu (´ahoga al pollo´ sería la traducción). También hay que probar sus huevos fritos ´escogonciaos´, con patatas, gambas y gulas al ajillo.

El cachopo o el super cachopo de ternera (dos filetes rellenos con jamón y queso, empanado y frito) son también una excelente elección aunque el plato estrella de La Sidrería Escondida es sin lugar a dudas la carne de buey en forma de chuletón servido a la piedra en sus formatos de kilo o de medio kilo, a un precio medio de 15 euros por persona.

La moderna decoración del local con mesas y bancos de madera atrae clientes de todas las edades, pero tiene un ´algo especial´ que seduce a componentes de grupos musicales murcianos a quienes no es raro encontrar por cualquiera de las dos plantas o la terraza del local.

Cuentan con tres menús, el degustación por 16 euros que incluye siete platos y bebida, el menú ´come y bebe todo lo que quieras´ por 18 euros y el menú carnívoro, por 22,50 euros, que incluye también chuletón de buey y una botella de sidra o una jarra de cerveza por persona o una botella de Rioja o Ribera para cada dos.