'Los amigos nunca mueren en el recuerdo'. Así se titula es escrito que, desde el pasado lunes, se puede leer en la página web del colegio Giner de los Ríos de Murcia, donde lloran la marcha de quien fuera su director los últimos meses, el profesor José Sierra Sierra, quien falleció el pasado 10 de enero, a los 58 años de edad.

«Hoy, el CEIP Francisco Giner de los Ríos está de luto. Aunque la sirena siga sonando, nuestro director, don José Sierra Sierra, ya no estará en la puerta para dar la bienvenida a los niños. Los pequeños de Educación Infantil ya no podrán contarle sus historias de camino a clase, nuestro Pepe ya no les acompañará en la fila más. Aquí en el colegio todos te echaremos de menos, tus alumnos, tu jefa de estudios, tu secretaria, tus compañeros, la conserje, la limpiadora, los padres y, en general, toda la comunidad educativa. Lo único que podemos hacer ahora es recordarte y acordarnos de los buenos momentos que pasamos contigo y, en especial, de tu sonrisa esa que no te faltaba cada mañana. Desde aquí todo nuestro apoyo a tu esposa e hijos. Mucho ánimo de corazón. Descanse en paz». Así reza la carta dedicada a Pepe, como todos los llamaban en el centro. Centro al que llegó hace tres cursos, después de ejercer de jefe de estudios durante muchos años en el colegio Nuestra Señora de los Dolores de Los Dolores de Pacheco.

Nacido en Guadalajara, llegó a Murcia por amor, ya que su mujer, María Luisa Eulalia Bohajar Agulló es murciana. Padre de dos hijos, María Luisa y José, se caracterizaba por ser «una persona muy dulce y muy simpática, a la que nunca le oías decir una palabra desagradable, ya que todo lo que hablaba era bueno», tal y como recuerda su compañera de trabajo y jefa de estudios del colegio Giner de los Ríos, María José Navarro España. Asimismo, destaca de Pepe «lo buen compañero que era», desde que llegara a este colegio de Murcia como profesor, hasta el pasado mes de mayo, que pasó a ser director del mismo.

Pertenecía al sindicado independiente de profesores ANPE, donde participaba activamente en un coro, ya que «le encantaba cantar y lo hacía muy bien», recuerda María José.

Su marcha «pilló por sorpresa a toda la comunidad educativa del centro», tal y como comenta la jefa de estudios, quien recuerda que «el pasado viernes nos despedimos y me comentó que después del fin de semana teníamos que ultimar una serie de cosas».

A Pepe le gustaba su profesión y era un defensor de la enseñanza. «Le gustaba estar con los alumnos y esa dedicación a la enseñanza se la transmitió hasta a su hija, que también es maestra», añade María José.