La clínica del Doctor Muñoz es un remanso de paz, tranquilidad y sosiego y, por qué no decirlo, también de alegría, muy adecuada para el tratamiento de sus enfermos. Juan Vicente ha estado allí más de una década. El trato es amable, respetuoso y cariñoso, tanto de parte del equipo médico como de todos los que trabajan en ella. ¡Tienen categoría profesional y personal los herederos del fundador, que han sabido impregnar el carácter y principios que la inspiraron!

Juan Vicente era allí muy querido y él también los quería; especialmente a don Raimundo, su psiquiatra y director. Consideraba a la clínica como su segunda casa, en la que encontraba familiaridad y admiración por su clara inteligencia y memoria. Su habitación era amplia y confortable, junto al jardín, con vigilancia nocturna y privilegiada orientación. Celebraban fiestas y lo pasaban muy bien. Este año no podrá celebrar la Navidad allí, pero estoy segura de que se acordarán de él, porque ¡era muy querido, divertido y animado!

Hacían viajes y visitas culturales y por esparcimiento; jornadas lúdicas y también campeonatos de dominó, ajedrez, futbolín, tenis de mesa, entre otros; así como participaban en talleres ocupacionales: lectura, pintura, jardinería€ Ha estado allí muy bien, ¡era feliz! Aunque se acordaba mucho de sus queridos Alcázares y sus alumnos. Quería volver con ellos para darles otra vez clase: ¡era su ilusión!

Aprovecho también estas líneas para agradecer a todo el pueblo de Los Alcázares el cariño que le mostraron, el trato respetuoso de sus gentes y profesionales del Ayuntamiento, farmacias, etcétera. Y les pido perdón por lo que les haya molestado o dicho. No quiero dejar de mencionar al hospital Virgen de la Arrixaca por su profesionalidad y buen hacer. Gracias a todos los que habéis comprendido y ayudado a Juan Vicente.

Su hermana, Fuensanta.