Hace ya catorce años atrás, concretamente tres días después del 11-S, abría sus puertas El Secreto, del ex ferroviario Ernesto Corrales y María Sánchez. Un lugar con un encanto muy especial, en pleno barrio de Santa Eulalia, que ha sabido mantener su personalidad y adaptarse al paso del tiempo con todo tipo de iniciativas culturales, musicales y ahora también, gastronómicas.

El Secreto debe su nombre a la película El secreto de Santa Vittoria, película del 69 protagonizada por Antonny Quinn y Anna Magnani, en la que todo un pueblo italiano escondió completa su producción de vermú tras la invasión alemana.

Aunque tradicionalmente ha sido (y siguen siendo) un bar de copas, en los últimos años ha ido incorporando sus tapas frías, sandwichs y sus tostas, o esparteñas, de las que cuentan hoy con una gran variedad, como la catalana, la margarita, la azul; la guacamole, con salmón marinado; la hummus con pimentón; la escalibada, la de pavo; la de bacon y brie o la de sobrasada con miel y almendra. También preparan mini croissants de catalana, queso azul y tortilla de patatas y una excelente musaca y falafel y cada mes anuncian por las redes sociales lo que ellos llaman sus ´aperitivos sorpresa´. También organizan fiestas privadas, con menús pactados, ajustados a su clientela.

Cuentan con un vermú casero ´estilo verano del 82´, grifo de cerveza Estrella de Levante especial que tiene un grado más que la normal, ligeramente tostada, y más sabrosa. Otras cervezas que ofrecen son Alhambra, Pacífico, Negra Modelo y Voll-Damm, así como vinos de Rioja cosecha y Ribera roble.

Sus paredes naranjas y verdes son testigo de puntuales exposiciones de fotografía y pintura, como la actual, desde el pasado 26 de noviembre, de dibujos digitales de gran formato de Juamba Martínez.

Ofrecen todo tipo de cócteles sobre el que destaca su mojito, aprendido a preparar en los años 90 directamente en Cuba. Disponen todo el año de sus ´brisas´, un granizado de limón con ron, ginebra o vodka aderezado con pimientas y canelas, así como tés e infusiones. Todos los martes organizan intercambios lingüísticos de francés y promueven activamente el ´Book crossing´ (libros liberados). Ofrecen café de comercio justo con un criterio comercial muy diferente del café estandar.