El ministro de Educación, Cultura y Deporte, Íñigo Méndez de Vigo, se ha mostrado partidario de estudiar la propuesta del filósofo y pedagogo José Antonio Marina, al que le ha encargado el Libro Blanco de la Función pública docente, de que una parte de la retribución de los profesores dependa del resultado de la evaluación del centro escolar para que se impliquen en el proyecto educativo. «Es una posibilidad que existe en Finlandia y Singapur que hay que estudiar», indicó el pasado lunes el ministro y dijo que si se quiere tener un debate «honesto y abierto» sobre el profesorado español, «hay que tener todas las posibilidades encima de la mesa».

Sin embargo, los sindicatos de docentes rechazaron las reflexiones de Marina. «De partida no hay profesores buenos y malos, todos son profesionales suficientemente capacitados para impartir la docencia, puesto que han superado procesos selectivos y están controlados por la administración», destacó el presidente de la Enseñanza del CSIF, Adrián Vivas, una afirmación que comparten otros sindicatos, como Comisiones Obreras, desde dónde se preguntan quién va a determinar cuál es el profesor bueno y cuál el malo; ANPE y UGT.