Seguro que hubiese querido que su admirado Miguel Hernández anunciase que se nos ha muerto como el rayo, Antonio Rodríguez Sánchez (Toni), a quien tanto queríamos. Como en el retrato machadiano, Toni era en el mejor sentido de la palabra: bueno. De sus primeros pasos por la hoy desaparecida calle Yeseros, la escuela del Rosario, la de aprendices de Bazán y después el Astillero, Toni fue siempre una persona abierta, vital y sensible a los problemas sociales, y en especial a los de los trabajadores. Su pronta militancia en el PCE en los estertores del franquismo y, sobre todo, su trabajo en CC.OO. de Cartagena durante décadas y también en Izquierda Unida, hizo posible que muchas personas encontraran apoyo a sus justas causas. Fue Secretario de Organización de CC OO, en los años de la crisis industrial, siendo su papel más que relevante en la fuerte respuesta social de las continuadas Huelgas Generales locales, que arrancarían finalmente el Plan Especial para el desarrollo de Cartagena a los distintos Gobiernos. Hábil negociador, era una persona leal a los proyectos y sus obligaciones. Su constancia y compromiso fue escuela de muchos y su capacidad para compatibilizar militancia y familia, también. Su mujer, Ramona, sus hijos Óscar, María Dolores y Pablo, quienes sienten que un manotazo duro, un golpe helado, un hachazo invisible y homicida, un empujón brutal te ha derribado, sienten más tu muerte que su vida. Los demás, tus compañeros y amigos, sabedores que no hay peor muerte que el olvido, seguiremos esa estela que dejaste, tan temprano, compañero del alma, compañero.