Te amo, dije y digo. Como un meteoro girabas por mi espacio, Aralk, que posees con mano blanca y oprimes en mí las vías de la vida para que siendo nada sea tu hospedaje€ El primer día las formas geométricas y los saltos melódicos dibujaban el placer inesperado. Y así anunciaban mi ignorancia donde se imponía tu intelecto para llevarme a la danza sin fin de los números€» (Tu hospedaje, pág. 7).

De Kamasutra para dormir a un espectro (Segundo Santos Ediciones. Cuenca, 2015) escogemos este fragmento poético, que recuerda una reminiscencia védica, un movimiento de la danza cósmica de una deidad hindú; al Nietzsche del artista danzarín; al átomo en movimiento perpetuo de Lucrecio. Sin embargo, su autora, la poeta, estudiosa -omnívora de tantas materias, desde la música, la mística, las matemáticas€-, escritora y traductora Clara Janés, no sigue ni siguió nunca un camino trillado, ni se entregó ni entrega nunca a una mímesis tan común, ejercitada entre la mayoría de los poetas actuales.

Si Rilke hablaba de las habitaciones que tenemos en el alma que ni sospechamos y desconocemos siempre su existencia, Clara nos dice, con cada uno de sus libros poéticos, que estamos invitados a estas estancias del alma, y que éstas son más de las que esperábamos. Poeta genuina, Clara Janés no se mide a sí misma, no puede ni debe medirse; Kamasutra para dormir a un espectro, como tantos otros de sus luminosos haces de versos (y es prolífera poeta, por esa misma causa de amplitud y expansión) es un poemario múltiple€ Seguimos en una página a la amante, trasunto de la autora, en pos del amado, el elegido: «Aralk irradiante»; y nos internamos en los espacios eróticos de la realidad trasoñada a los que Sistiaga quiere dar realidad concreta o esbozada con la delicadeza gráfica y somera de un beso que se estampa y cuya huella permanece (los dibujos del artista han sido realizados sobre papel hecho a mano de algodón y lino libre de ácido).

Kamasutra para dormir a un espectro es un libro destinado al privilegio del bibliófilo merecedor. Ejemplares numerados del 1 al 40, ha sido la producción. Hay que añadir que los autores de los poemas y dibujos, Clara Janés y José Antonio Sistiaga, han plasmado sus firmas en la última página del libro. Ante todo, Kamasutra para dormir a un espectro está transido por la pasión que anima el orden de la naturaleza, de todo lo vivo -todo está vivo, o muerto en transformación; y la lírica más exquisita, escogida, impregna cada frase. En La mecedora, la palabra de uno de los amantes, susurra: «Se llevaban los pájaros cada uno una ramita delicada para hacer unos nidos, armando alboroto entre las madreselvas y esparciendo el perfume, mientras tú y yo, sentados cara a cara, entrecruzados, formamos una curiosa cestería, sabiendo, en el fondo, su centro contiene un fruto del que los dos gozaremos€» (pág. 36).

Kamasutra para dormir a un espectro se terminó de imprimir en Cuenca, el día 5 de junio de 2015, aniversario del nacimiento del poeta Federico García Lorca. Nos parece significativa esta fecha, no buscada acaso, por varias razones. Clara Janés, Lorca y el gran poeta norteamericano Hart Crane (ahora va siendo menos desconocido) son nombres aparte de la literatura mundial, y a los cuales es muy difícil imitar sin que el alma de fondo no se escape por temor a ser interpretada por un verbo henchido de elocuencia evasiva. El alma, se puede decir, citando oportunamente al cantor de Puente de Brooklyn, tests the word (pone a prueba el lenguaje).

Dos poetas trágicos, Lorca y Crane, contemporáneos y que desaparecieron todavía jóvenes; y una poeta que supera todas las edades, y pasa de puntillas por los estilos, las modas€ La que lejos del mundanal estruendo tensa la cuerda órfica, a la que arranca ´whispers antiphonal in azure swing´, envolventes susurros antifonales para que dancen en el azur.

Un nuevo libro de nuestra poeta favorita, y flamante nueva académica de nuestra lengua, siempre es recibido con esperanzado gozo. Le diríamos a Clara: ¿Para cuándo el inicio de unas obras completas, que habrán de prolongarse todavía muchos años, un tiempo indefinido?