Hermes y Calypso hablan de los planes de Zeus acerca de que Odiseo vuelva entre los suyos. La ninfa, aunque protestando, accede de inmediato a los planes olímpicos. Recuerda cómo encontró al héroe aqueo en la playa, exangüe a pique de naufragar en las bocas del Estrecho de Hércules. Odiseo vivía en la Cueva de Calypso, creyéndola casa-palacio helénico, frente a las costas de Hesperia. Sucede en realidad que Calypso le hace ver las cosas como él las conoció en su tierra natal, para mejor retenerle consigo. Pero Zeus ha ordenado que Odiseo torne al hogar. Y manda a Hermes, disfrazado a modo de comerciante fenicio, simulando haber naufragado en El Estrecho. Hospedado por Odiseo, que al pronto lo confundió con piratas, Yigal -el falso nombre de Hermes­- habla con Calypso y le trasmite las órdenes zeúsidas. Mientras, Odiseo se ausenta. Al tornar a la mesa ofrecida al huésped, el rey de Ítaca se apresta a diseñar el recate del naufragado barco de Hermes-Yigal, haciendo gala de su astucia e ingenio para lograr la reflotación del fenicio barco.