Un siglo llevaba reinando en Francia la casa de Borbón, cuando por el testamento de Carlos II vino también a ocupar el trono de España, en la persona de Felipe V, duque de Anjou y nieto de Luis XIV. Lógicamente y como algo habitual, hubo que librar una guerra, a la que se llamó de Sucesión, esta vez contra el archiduque Carlos y la Gran Alianza que le respaldaba, una guerra desdichadísima para España ya que nos dejaron prácticamente limpios gracias al tratado de Utrech. Se reconoció a Felipe V como rey de España a cambio de perder nuestras posesiones en los Países Bajos, Italia, Gibraltar y Menorca. Luego vendría Fernando VI, Carlos III (que tuvo como ministro al conde de Floridablanca) y Carlos IV.

Pero a lo que vamos. España deja de marcar el estilo y cede el testigo a Francia, la que marcaría la moda a partir de entonces gracias a los gustos del rey Sol y sus sucesores en el trono. Ocurre algo importante, Europa se forraba gracias a las riquezas que llegaban de las colonias en el nuevo mundo surgiendo una clase social nueva enriquecida por el comercio, se trata de la burguesía, nuevos ricos que imitan la forma de vida de la nobleza. La sociedad sufre un refinamiento en las costumbres y la moda francesa alcanzará su cénit, que prevalecerá prácticamente hasta nuestros días. Fruto de los nuevos estilos surge la utilización de las pelucas en hombres y mujeres.

El siglo XVIII fue un siglo de elegancia. Nunca las formas de vestir y los estilos de peinado de la gente fueron tan suntuosos, tan elaborados y artificiales. Lo que no pudo lograrse con el cabello natural, fue aumentado con pelucas. Peinados cual de ellos más extravagantes, una reacción contraria al pudor y al recato de los siglos anteriores. El cabello se puso a tono con el estilo ´rococó´. En España los hombres usaban casaca, chupa y calzón y pelucas empolvadas mucho más discretas que en la corte francesa. Nuevas modas y frescura que darían lugar a los baños en bañeras de las clases privilegiadas, ellas en camisón y ellos, con peluca, y de ahí para abajo como les daba la real gana, faltaba muy poco para que Jorge III revolucionara el baño como tal, pero eso, lo veremos en otro capítulo.

PROTAGONISTA INVITADO:

Juan Carlos Ruiz, exconsejero de Industria, Turismo, Empresa e Innovación, como Caballero español del XVIII