Ya empezado el homenaje culinario al recién llegado, Odiseo se ausenta para calmar necesidades de humano. Al instante, Yigal pasa a ser Hermes, el dios olímpico. Y los dos seres suprahumanos se reconocen. El palacio de Calypso pasa a ser maravillosa cueva de verdor y acuosidades innúmeras, así como de aves y floración exquisita, que es la verdadera residencia de la ninfa. Hermes asegura haber llegado para dar una orden a la raptora de Odiseo.

La novela, ya en sus medios, procede, según el remitente de la misma a este diario, de la gran corporación informática imaginable, a fin de observar la difusión de un mensaje cultural de cierta complejidad. Una metanovela se desarrolla a la vez: la de las peripecias del manuscrito original. Una aventura que acaba en la sede de Microsoft, tras empezar en Alejandría, pasar por Constantinopla, Malta, Nápoles (o Palermo), y, acaso, Madrid. En la trama odiseica, ya se advierte que Hermes ha venido a or