La Ciudad del Sol albergó la conmemoración de la Gloriosa Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo, en la que miles de lorquinos acompañaron a las imágenes María Santísima de la Encarnación y Asunción y del Excelso Titular de la Archicofradía Nuestro Señor Jesucristo Resucitado por las calles del centro histórico. La tallas pasaron por calles como Selgas, Fernando el Santo, Corredera y Álamo, entre otras. La música y el buen tiempo acompañaron durante todo el trayecto de júbilo y devoción.

Mientras, la Plaza de España, también abarrotada, lucía esplendida, esperando el emocionado reencuentro entre madre e hijo. Las fachadas de los edificios portaban motivos alusivos a la Resurrección. Los Aleluyas colgados en los balcones esperaban a la muchedumbre que celebraba en procesión el encuentro del trono de Jesús Resucitado, que discurría por las calles anexas al casco antiguo, con Nuestra Señora de la Encarnación y Asunción, que lo hacía por el centro histórico, pero que en ningún momento del recorrido llegaban a cruzarse.

Durante la procesión, los tronos estuvieron acompañados por las cofradías de la Semana Santa de Lorca, que participaron con sus estandartes-guión y sus agrupaciones musicales en traje de gala. Los archicofrades vestían de blanco, y las ´manolas´ portaron como es tradición su mantilla blanca.

El momento más álgido llegó cuando las veneradas imágenes se encontraron en la plaza de España. Las campanas repicaban sin cesar, acelerando los corazones de los fieles allí presentes.

Frente a frente, la virgen y Jesús se miran, a la vez que los tronos en andas son balanceados con fuerza y pasión, para recrear el momento. Tras el emocionado reencuentro se celebró una homilía, en una capilla anexa a la ex-colegiata San Patricio, que permanece cerrada al encontrarse en obras.

Esta genuina procesión de gloria pone un alegre broche de oro, fervor y devoción popular a la Semana Santa en Lorca, que este año ha batido récord de público.