De caserón a centro de visitantes ´Ricardo Codorniú´

El Centro de Visitantes ´Ricardo Codorniú´ es un antiguo caserón situado en pleno corazón de Sierra Espuña, donde se explica al público los valores naturales del Parque Regional. A través del recorrido por la sala de interpretación, los visitantes pueden identificar, mediante paneles, maquetas, elementos interactivos y ordenador, sus valores naturales. Uno de los elementos más singulares es la maqueta que muestra el funcionamiento de los Pozos de la Nieve. Este establecimiento, que cuenta con una zona de recepción, sala de audiovisuales y conferencias, aula de formación y laboratorio, así como una oficina para los Agentes Forestales que prestan su servicio en el Parque. permanece abierto todo el año de martes a domingos.

Huerta Espuña, un laboratorio para repoblar la sierra

En pleno corazón de Sierra Espuña y junto al centro de interpretación se encuentra la zona conocida como Huerta Espuña. Se trata de uno de los lugares con más historia del parque, puesto que era el centro de operaciones de las tareas de repoblación dirigidas por Ricardo Codorniú. Aquí se realizaban los primeros cultivos experimentales para estudiar la viabilidad de las plantas en este entorno, que posteriormente se utilizarían para las repoblaciones. Actualmente se puede observar la cantidad de huertos que se utilizaban, algunos de ellos se encuentran en uso para proyectos de recuperación de flora silvestre protegida. Frente a esta casa forestal existe un busto de Ricardo Codorniú, en honor al ´Apóstol

del Arbol´.

Los pozos de la nieve datan del siglo XVI

A finales del siglo XVI comenzaron a construirse en Sierra Espuña los primeros pozos para almacenar nieve y ser distribuida en forma de hielo en hospitales, ciudades y villas del Reino de Murcia. En el espacio de unos ciento veinte años llegaron a construirse casi la totalidad de estas ´neveras´, de las que hoy se conocen 25, que podían almacenar hasta 25.000 toneladas métricas de hielo. Como casi todas las ruinas, estos pozos de nieve despiertan un sentimiento nostálgico en quien los contempla, y apenas si se descubre su identidad y su función, al aparecer algunos diseminados entre la maleza que a veces llega a ocultarlos. En el área de los pozos –´rasos´– trabajaron centenares de hombres procedentes de los pueblos cercanos a la sierra.

Umbría de Mula, la gran desconocida del parque regional

Una de las zonas más desconocidas el Parque Regional y la umbría de Mula. Este área tiene un gran interés tanto paisajístico como ecológico, en el que se entremezclan paisajes agrícolas de secano y grandes extensiones de pinar, que favorecen una gran actividad de aves rapaces. Se citan numerosos parajes como el Barranco de la Hoz, unos de los más profundos y bellos del parque, La Hoya del Alpurchil, las umbrías de la Sepultura y del Bosque, la Piedra de Almírez, Perona y la Rambla de Malvariche, conforman esta bella zona de gran importancia para el equilibrio ecológico de la Sierra. En esta zona podemos encontrar la pedanía muleña de Casas Nuevas, un pequeño casco urbano que guarda maravillosos parajes.

Barrancos de Gebas, un espacio protegido

Barrancos de Gebas es uno de los paisajes más espectaculares de todos cuantos se dan cita en Sierra Espuña. Forma parte de los espacios naturales protegidos de la Región de Murcia. Se trata de un espacio de tipo desértico, como un paisaje lunar o bad-lands, que está formado por cárcavas, cañones y barrancos. Con 2.271 hectáreas de superficie, se encuentra repartido entre los municipios de Alhama de Murcia y Librilla. Para ver este maravilloso paisaje bajaremos por la parte este de la sierra hasta la localidad de Gebas, donde existe un mirador en el que se puede observar la espectacularidad de la zona. Su mayor interés reside en su estructura geomorfológica, con un origen en que influyeron las corrientes de agua y la naturaleza margosa del terreno.

Valle de Leyva, el mejor lugar para la escalada deportiva

El Valle de Leyva tiene una longitud de unos 5 kilómetros. Situado a 1220 metros de altitud, está encajonado entre dos grandes montañas que vierten sus paredes al fondo del barranco: a la izquierda el empinado y agreste Morrón de Alhama y a la derecha las paredes de Leiva, monumental barrera caliza de unos 2 kilómetros de largo y unos 180 metros de altitud en su pared central. En el año 1954 comienza las primeras escaramuzas en la Sierra de Espuña, donde monolitos y agujas son escaladas con técnicas muy rudimentarias, hasta que en 1970 se realiza la primera ascensión de La Pared de Leiva. Actualmente supone el mejor lugar de la Región para practicar la escalada deportiva, con vías largas y grado de dificultad de hasta 8c.