Bullas es una tierra de gran tradición vitivinícola que cuenta con denominación de origen propia y produce vinos tintos jóvenes, principalmente de la variedad Monastrell. Merece la pena conocer su casco antiguo. La ruta bien podría comenzar en la plaza de España, donde dos edificios emblemáticos dan la bienvenida al visitante: la iglesia de Nuestra Señora del Rosario, declarada Bien de Interés Cultural; y el palacete de los Melgares, hoy convertido en la Casa de Cultura.

El paseo continúa por el entorno de las plazas Vieja y del Castillo, donde el primer domingo de cada mes se celebra El Zacatín, uno de los mercadillos artesanales más veteranos del país. En este lugar también se encuentra la Casa-Museo Don Pepe Marsilla, la cual rememora y recrea los modos de vida de los comienzos del siglo XX, al mismo tiempo que sirve para conservar el patrimonio histórico-cultural de la localidad. Esta vivienda señorial perteneció a José Marsilla Melgares de Aguilar que, además de ser un poderoso terrateniente local y dueño de una gran fortuna, también fue alcalde de la villa en dos ocasiones.

En su interior se conserva la decoración de estilo modernista de la parte residencial de la vivienda, así como de las diferentes dependencias en las que se dividía la zona de labor. La biblioteca, la sala de estar, el comedor y los dormitorios son algunas de las estancias más reseñables.

Tomando el Camino Real y desviándose por la calle Fiel, el visitante llega hasta la Torre del Reloj o de Santiago. Ésta se construyó en el año 1900. Fue inaugurada el 25 de julio, onomástica del apóstol, de ahí su nombre. Su función era regular con el sonido de sus campanas, las tandas de riego de la cercana huerta de Bullas. Junto con la torre de la iglesia de Nuestra Señora del Rosario constituye la silueta más característica de la localidad.

Continuando el recorrido se llega hasta el paraje natural de La Rafa, que en su día fue una estación sericícola. Aquí se encontraba la antigua fuente de la Rafa, que a través de su canalización aseguraba el abastecimiento de agua a Bullas, desde la época medieval. Ofrece numerosos servicios y se ha convertido en un espacio integral de ocio. En este paraje también se ubica el Centro de Agroecología y Medio Ambiente de la Región.

Por la ribera del río

Los paisajes naturales de Bullas se caracterizan por su variedad, contrastando los montes que rondan los mil metros de altitud, con llanos en los que la vid y el almendro son los principales protagonistas, y con las áreas de ribera caracterizadas de forma única en el curso del río Mula, con lugares como El Salto del Usero y El Pasico Ucenda.

Se puede disfrutar de este paisaje natural haciendo senderismo por sus bellos rincones y senderos, que tienen su punto de partida en el paraje de La Rafa, como el itinerario ecoturístico El Romero, la Vía Verde y el Paseo de la Fuente de La Rafa. También existen otros caminos emblemáticos como la ruta del Barranco de la Regidora, en el entorno del Cristo del Carrascalejo. Este recorrido facilita el acceso y visita al venerado Cristo, cuya devoción entre los habitantes de Bullas queda patente en la cantidad de exvotos que a su alrededor se congregan.

El paraje del Barranco de la Regidora, es de una singular belleza, debido al encajonamiento natural del curso del agua, lo que ha favorecido gracias al aporte de agua a través del suelo, del crecimiento de una flora y fauna muy particular, permitiendo apreciar especies de bosques subhúmedos como quejigos e híbridos.