Las fiestas locales más arraigadas y multitudinarias son las de la Virgen de las Maravillas, patrona de esta ciudad, que se desarrollan del 8 al 14 de septiembre. El recinto ferial, con más de 150 barracas de grupos y peñas, se convierte en el alma principal de estas celebraciones y en punto de reunión diaria de miles de cehegineros y de visitantes llegados desde otros puntos de España.

En Semana Santa Cehegín ofrece numerosas procesiones, desde el Viernes de Dolores hasta el Domingo de Resurrección, en las que participan cientos de penitentes y procesionan tallas de gran valor religioso y artístico. En esta época cabe destacar el Viernes Santo a mediodía, cuando tiene lugar un acto peculiar: los pasodobles del Casino. Cada una de las bandas de música que salen en la procesión de la mañana interpretan un pasodoble a su paso por el Casino, situado en la Calle Mayor, en pleno casco antiguo.

El carnaval de Cehegín es el más famoso de toda la comarca del Noroeste murciano y uno de los más divertidos y multitudinarios de la Región de Murcia. Miles de personas participan cada año en sus desfiles, todo un despliegue de ilusión, color y originalidad. El ambiente de fiesta también se respira en numerosas pedanías y barrios a lo largo de todo el año. Así, el casco antiguo se sumerge en los festejos de San Sebastián en enero, mientras que la pedanía del Campillo de los Jiménez se viste de gala en el mes de diciembre, y las de Canara, Valentín y El Chaparral hacen lo propio en verano.

Los bares y restaurantes son el mejor escaparate de la cocina ceheginera, plena de aromas, sabores y colores. Las recetas tradicionales están basadas en los productos que ofrece la tierra en las diferentes épocas del año. Se trata de una gastronomía caracterizada por su sencillez, pero de gran calidad gracias a los productos autóctonos, que marcan la diferencia.

Los potajes, las migas con 'tajás' (elaboradas con agua, harina y carne de cerdo), el 'empedrao' (arroz con bacalao, alubias, ajos tiernos y tomate seco), el rin-ran, la olla de tocino fresco y las carnes a la brasa o en su jugo, así como una gran variedad de arroces que se acompañan con carne y verdura son algunos de los platos típicos de esta localidad.

En Cehegín existen numerosos lugares donde degustar los platos de siempre, pero también sencillas y sabrosas tapas y la cocina más actual. Y es que otra forma de hacer turismo y conocer esta ciudad es a través de sus restaurantes, bares, tascas y tabernas. En estos lugares el visitante se encuentra con las tradiciones más exquisitas en la mejor compañía.

Más de 40 artesanos en El Mesoncico

Todos los últimos domingos de cada mes, desde octubre a junio, la plaza del Castillo, en lo más alto del casco antiguo de Cehegín, acoge el mercadillo artesanal El Mesoncico, donde más de cuarenta artesanos de la zona ofrecen sus embutidos, cerámicas, dulces, jabones, vinos, quesos y otros productos. Esta cita también permite al público conocer las tradiciones de las gentes de la comarca, degustar los platos y productos más típicos de la tierra e incluso participar en interesantes actividades.

La Vía Verde, un paseo de 48 kilómetros por parajes con encanto

La Vía Verde del Noroeste enlaza los Baños de Mula y Caravaca a través de 48 kilómetros, aprovechando el antiguo trazado ferroviario entre Murcia y la ciudad de la Cruz. El trayecto se encuentra acondicionado y señalizado, y a lo largo de él el visitante puede deleitarse con bellos parajes y disfrutar de la amplia oferta turística que brindan los municipios por los que discurre la ruta, utilizada también por los peregrinos que se desplazan hasta Caravaca. El tiempo estimado de realización del trayecto a pie es de diez horas, que se acortan a cuatro horas y media si se realiza en bicicleta.

- Baños de Mula. En el apeadero de los Baños de Mula se encuentra el kilómetro 0 de la Vía Verde. Junto al cauce seco del río brotan las famosas aguas termales a 37º centígrados. De ahí la existencia de una amplia oferta de balnearios en la zona.

- Viaductos. Nada más comenzar el recorrido de la Vía Verde aparece un gran viaducto de 5 arcos sobre la rambla Perea, al que sigue otro al otro lado de la estación de la Puebla de Mula. Pasados unos kilómetros, tras el apeadero de La Luz, otro enorme puente de ocho arcos vuelve a saltar el río Mula. Se pueden observar de nuevo obras de este tipo sobre el arroyo Burete y del Quípar.

- Mula. La Vía Verde conduce hasta Mula, que seduce con su casco antiguo, el museo de arte ibérico El Cigarralejo, el yacimiento de Los Villaricos y el castillo de los Vélez.

- El Niño de Mula. El trayecto continúa hasta la ermita del Niño del Balate, ubicada en la pedanía muleña de El Niño. El templo, del siglo XVII, acoge en su interior una imagen muy venerada de Jesús.

- Los túneles. Una vez que se deja atrás el santuario de El Niño aparecen varios túneles que conducen hasta el apeadero de La Luz. Estas obras tienen entre 60 y 200 metros de longitud y se encuentran en buen estado (los más largos disponen de iluminación).

- Paraje de la Luz. En esta zona de Mula paraban las antiguas locomotoras, que, tras el ascenso por una pronunciada pendiente, necesitaban enfriar sus motores.

- Bullas. Esta localidad ofrece su ruta y su Museo del Vino, antiguas y modernas bodegas y parajes como El salto del Usero.

- La Rafa. En Bullas se encuentra La Rafa, un complejo turístico-recreativo abierto todo el año en el que destaca un cámping.

- Zona de sierras. Junto a la Vía Verde, en su mayoría en el término municipal de Cehegín, se encuentra un espacio de gran valor medioambiental integrado por las sierras de Burete, Lavia y Cambrón y declarado ZEPA (zona de especial protección para las aves). En la sierra de Burete hay un manantial de agua y un arroyo que desemboca en el Quípar.

- Begastri. El paseo por la Vía Verde lleva en Cehegín hasta Begastri, antigua ciudad tardorromana cuyos obispos firmaron alguno de los concilios visigodos del siglo VII.

- Cehegín. En esta bella ciudad del Noroeste se puede callejear por su casco antiguo, declarado Conjunto Histórico Artístico de Carácter Nacional.

- Caravaca de la Cruz. La Vía Verde culmina en la Ciudad Santa, con un barrio medieval por el que se puede pasear antes de ascender al Castillo-Santuario de origen islámico (siglos X y XI). La ciudad de la Cruz conjuga su oferta cultural con parajes de gran valor ambiental como las Fuentes del Marqués. Más información en murciaturistica.es.