La admiración que despiertan las imágenes de la Semana Santa murciana en sus recorridos urbanos es proporcional a la importancia de sus autores, entre los que además del insigne Francisco Salzillo figuran Diego de Ayala, Domingo Beltrán, Nicolás de Bussy, Nicolás Salzillo, Antonio Dupar y Roque López, así como los contemporáneos González Moreno, José Planes y José Hernández Navarro.

En Murcia, la rememoración de la Pasión hunde sus raíces en los comienzos del siglo XV, aunque el estilo procesional murciano que hoy se conserva data del siglo XVIII. La Semana Santa transcurre durante los diez días que hay entre el Viernes de Dolores y el Domingo de Resurrección.

Las cofradías murcianas sacan a la calle cerca de un centenar de tronos o pasos con sus respectivas hermandades. Cada paso procesional forma una hermandad constituida por los nazarenos penitentes y los estantes (los que portan el trono). Esta peculiaridad se debe al hecho de que todos los pasos son llevados a hombros, lo que hace que cada una de las agrupaciones cofrades esté constituida a su vez por diferentes hermandades, que van desde la única que compone el Refugio (el Silencio), hasta las 11 hermandades de la Archicofradía del Resucitado.

La celebración comienza el Viernes de Dolores con la procesión del Santísimo Cristo del Amparo. Destacan los desfiles de Lunes Santo, con la cofradía del Cristo del Perdón; Miércoles Santo, con la popular procesión de los 'coloraos' y su Cristo de la Sangre, y Viernes Santo por la mañana, cuando salen a la calle las inconfundibles tallas de Francisco Salzillo.

La Semana Santa murciana llama la atención por su barroquismo, el atuendo huertano de sus nazarenos y la costumbre de los penitentes de dar caramelos y otras golosinas a sus conocidos, una expresión de la generosidad del murciano. Más información en www.murciaciudad.com y www.murciafestejos.com.