El Teatro Romea abrirá próximamente sus puertas con una imagen completamente renovada para seguir actuando como un importante polo capitalino de la cultura escénica. Su escenario, de una gran amplitud, volverá así a seguir dando espacio al teatro, la zarzuela, los recitales, la danza y otras manifestaciones artísticas.

El teatro Julián Romea se ubica en la plaza del mismo nombre, dedicada al insigne actor murciano Julián Romea (1813-1868). Su edificio original fue levantado por los arquitectos Diego Manuel Molina y Carlos Mancha en unos terrenos del convento de los Padres Dominicos que debido a la Desamortización pasaron al Ayuntamiento. El entonces Teatro de los Infantes fue inaugurado en 1862 por la reina Isabel II, recibiendo ese nombre en honor a los hijos de Su Majestad. Luego fue denominado Teatro de la Soberanía Popular, hasta que en 1872 recibió el nombre de Julián Romea.

Dos grandes incendios, en 1877 y 1899, destruyeron prácticamente todo el edificio. El encargado de restaurarlo en ambas ocasiones fue el arquitecto Justo Millán. La cuarta inauguración se produjo en 1988, tras unos intensos trabajos de restauración. Este teatro de estilo italiano tiene distribuidas sus localidades en patio de butacas, plateas, palcos y gradas.

En su interior destacan las pinturas del techo del patio de butacas, realizadas por Antonio de la Torre e Inocencio Medina, que representan a un Julián Romea coronado por las musas. El telón de Boca, realizado por Emilio Sala, fue un regalo del matrimonio de actores formado por María Guerrero y Fernando Díaz de Mendoza y representa 'El corral de la Pacheca'.

Rodeando la escofia, el artesonado y el escenario cuenta con representaciones alegóricas a las estaciones en que habitualmente se hacían las representaciones teatrales: otoño, invierno y primavera. Entre las dependencias del teatro destaca el Salón de los Espejos, utilizado para actos culturales.