Las primeras experiencias en la puesta en marcha de ciudades digitales surgieron en España a finales de los años 90 del siglo pasado con el objetivo de crear zonas (comarcas, municipios o ciudades) en las que se concentraran todo tipo de servicios y oportunidades relacionadas con las nuevas tecnologías digitales. De esta forma, el uso del ordenador doméstico y de Internet cobró un impulso decisivo. 

En este contexto vio la luz Ciez@net, una iniciativa del Gobierno murciano que, con otros proyectos nacionales, sirvió de modelo al ministerio de Industria para impulsar planes conjuntos de inmersión en la Sociedad de la Información, como el INFOXXI y el Avanza, normalmente con la cofinanciación de las comunidades autónomas.

Con algunas variaciones en cuanto a sus presupuestos o su forma de gestión, el modelo de ciudad digital ha mantenido unas características básicas. Se trata de programas sostenibles, ya que el Ayuntamiento, una vez hecha la inversión inicial, debe mantener los servicios implantados con sus presupuestos. Las zonas donde se implantan son preferentemente municipios de tamaño medio, de entre 10.000 y 50.000 habitantes, lo que maximiza su repercusión en la ciudadanía sin sobrecargar los presupuestos anuales de mantenimiento.

Las ciudades digitales suelen incluir actuaciones que pueden ser replicadas o repetidas en otros municipios con poco coste. Buen ejemplo de esta característica en la Región es el caso de Molina Digital, donde se implantó inicialmente el servicio de cita previa por Internet con el médico de Atención Primaria. Una vez puesto a prueba y en funcionamiento, fue implantado rápidamente por el Servicio Murciano de Salud en todos los centros de salud de la Región, que se convirtió en una de las primeras comunidades autónomas en disponer de este adelanto con carácter universal.

Además, las ciudades digitales abarcan generalmente actuaciones en tres grandes frentes. En primer lugar, implican la modernización del Ayuntamiento en servicios electrónicos. No se trata sólo de crear una página web y las correspondientes aplicaciones informáticas para la interacción entre ciudadanos y Administración, sino que se lleva a cabo una completa reorganización interna de los sistemas de trabajo del personal y las infraestructuras municipales.

Un segundo bloque de medidas supone la puesta en funcionamiento de servicios de divulgación, formación y acceso a las nuevas tecnologías para los ciudadanos, con la dotación de equipamientos en hogares, la creación de aulas de Internet y el desarrollo de cursos de iniciación para todas las edades. Mediante estas acciones los ciudadanos aprenden a usar los servicios electrónicos municipales implantados. Un tercer eje de los proyectos de ciudades digitales es el integrado por las acciones especiales destinadas a los sectores empresariales destacados de los municipios.

Gracias a este tipo de proyectos son varias las ciudades de la Región que ya han experimentado un 'espaldarazo digital'. Entre 1998 y 2000 se llevó a cabo el proyecto ciez@net, que permitió a Cieza hacerse con el título de primera ciudad digital de la Comunidad. Molina de Segura puso en marcha su 'revolución digital' entre 2004 y 2006, mientras que Las Torres de Cotillas y Mazarrón la han emprendido este año. A estos municipios se han unido recientemente Cehegín y Beniel, que desarrollarán sus proyectos en 2010.

Por su parte, el ayuntamiento de Lorca firmó un convenio con el ministerio de Industria, Turismo y Comercio para implantar la sociedad de la información. El proyecto, denominado 'Lorca, Ciudad Singular' se desarrolló entre 2006 y 2008.

Murcia y Cartagena también se pueden agregar a esa lista de ciudades digitales de la Región, ya que, aunque han quedado excluidas de este tipo de proyectos por su elevada población, han apostado decididamente por la implantación de servicios electrónicos municipales.