La historia sigue viva en Cartagena a través de la fiesta Los cartageneros se erigen en protagonistas de los sucesos acaecidos en estas tierras hace más de 2.200 años, convirtiéndolos en unas celebraciones únicas en toda la geografía nacional: Cartaginesesy RomanosCartaginesesRomanos. Los festejos, de Interés Turístico Nacional, están basados en la Segunda Guerra Púnica y en los personajes del general Aníbal y de su vencedor Cornelio Escipión.

Las conmemoraciones empiezan con la fundación de Qart-Hadast por Asdrúbal en el 228 a.C. y terminan con la victoria romana en el año 208 a.C. Los festeros representan todas las gestas acaecidas en los años de dominación cartaginesa y la derrota y ocupación a manos de Roma. Las tropas y las legiones son artífices de actos basados en la historia de la ciudad y de grandiosos desfiles que ponen en la calle vestuario y armamento digno de las mejores realizaciones cinematográficas.

Héroes de Carthago y Roma

Al llegar la segunda quincena de septiembre, Cartagena y sus habitantes se visten de historia y la reviven durante diez días recordando las hazañas de los héroes de Carthago y Roma. La puesta en escena de los actos se realiza en muchas ocasiones en los mismos lugares donde sucedieron en la antigüedad. En un recinto de enormes dimensiones los 50 grupos que forman Carthagineses y Romanos, decoran el campamento, instalando en él bares abiertos a todos los visitantes. De esta forma, el campamento se convierte en una gran ciudad ambientada en la antigüedad, donde el arte y simbología de Roma y Carthago, Grecia, Iberia y Fenicia presiden todas las construcciones.

Alegría, bullicio y animación son los protagonistas de estas noches donde se puede compartir mesa y mantel con el mismísimo Escipión, comer tarta de boda con Aníbal, presenciar el secuestro de alguna bella doncella o la invasión de las tiendas enemigas por parte de los guerreros de Roma y Carthago. Las Fiestas de Cartagineses y Romanos enseñan y resumen la forma de pensar y de actuar de una ciudad que ha sabido fusionar pasado y presente para vivir lúdicamente lo que ha sido.