La gastronomía cartagenera pone sobre la mesa el sabor genuino del mar. Sus platos tienen como principales ingredientes especies del Mediterráneo y del Mar Menor que dan a cada receta un toque diferente. Pescados como la dorada, el mero, el dentón o el mújol son preparados de muy diversas formas –a la brasa, a la sal o asados–, aunque el plato estrella de la zona, tanto en la ciudad como en el campo, es sin duda el caldero.

Los manjares provenientes del mar tienen como complemento perfecto una amplia gama de productos del Campo de Cartagena, como los guisantes o pésoles, tomates que se consumen crudos acompañados de salazones, alcachofas y habas. Estas últimas secas dan lugar a otro plato importantísimo de las gastronomía cartagenera y regional, los michirones.

La cocina local tampoco es ajena a la carne y tiene el conejo como producto más típico. De esta forma, el arroz y conejo y el conejo al ajo cabañil son propuestas gastronómicas frecuentes en las ventas y restaurantes de toda la comarca.

Para regar esta excelente gastronomía no hay nada mejor que los vinos que se producen en el Campo de Cartagena, blancos, tintos y rosados.

A la hora del postre destacan el melón y el higo de pala o chumbo, aunque hay otras deliciosas opciones, como el arrope y el tocino de cielo.

De Cartagena tampoco hay que irse sin probar sus bebidas locales. En este capítulo el rey es el asiático, que consiste en café con leche condensada con coñac, unas gotas de Licor 43 y un poco de canela y que se sirve en copas de cristal fabricadas exclusivamente para ello.

La láguena, otra exquisita bebida, es una mezcla de anís y vino viejo a partes iguales. El reparo, elaborado con coñac y vino viejo por igual completa la rica y singular oferta gastronómica de Cartagena a sus visitantes.