Tras 6 años de trabajos y una fuerte inyección económica, el Castillo de Jumilla reabrió sus puertas el año pasado para convertirse en uno de los grandes polos de atracción del turismo en el municipio. La fortaleza es Monumento Nacional desde 1931 y Bien de Interés Cultural desde 1985.

Debido a su situación estratégica, el cerro donde se encuentra el Castillo ha sido ocupado desde al menos la Edad del Bronce -hace unos 3.500 años-, hasta prácticamente nuestros días. Han quedado huellas del uso del lugar por íberos y romanos, pero la mayor parte de las construcciones visibles actualmente datan de la época islámica, con remodelaciones posteriores.

Tras la conquista de Murcia, en 1241, por las tropas castellanas, la fortaleza se integró en la Corona de Castilla. Más tarde, en 1288, pasó a formar parte del Reino de Aragón, pero los jumillanos no soportaron la férrea presión de los alcaldes aragoneses, por lo que pidieron a Pedro I de Castilla que conquistase la fortaleza para su corona. Así ocurrió y, en 1358, el rey castellano concedió a Jumilla los privilegios de Carta Puebla y al mismo tiempo el actual escudo de la ciudad, basado en dicha batalla.

En 1461, el Marqués de Villena emprendió una importante reforma de la fortaleza, poniendo en ella su escudo de armas. A esas obras se debe la configuración actual de la torre del homenaje, el elemento más destacado del monumento, que cuenta con tres pisos, sótano y terraza.

La reciente rehabilitación de la fortaleza ha incluido el patio de armas, el aljibe y la torre del homenaje. También se han instalado aseos, se ha conectado a la red de agua potable, instalado cámaras de seguridad, impermeabilizado las terrazas y recuperado las mazmorras y la Sala de la Tropa. El acceso al monumento se puede realizar desde el lado este a pie, por el Camino del Subidor, o por la parte oeste, desde el Camino del Santo, en bicicleta o en el autobús que el ayuntamiento ha habilitado y que sale desde la Oficina de Turismo, que ofrece más información sobre las visitas a la fortaleza en el teléfono 968 780 237.

Otros monumentos

Renacimiento Palacio del Antiguo Concejo

Realizado a mediados del siglo XVI, es obra de Julián de Alamíquez. De estilo manierista, es un ejemplo señero de arquitectura civil, no militar, dentro del Renacimiento en Murcia. Tiene tres cuerpos horizontales separados por cornisas. Uno de ellos es una arcada de columnas torsas o salomónicas entrelazadas. Tras la remodelación llevada a cabo entre los años 1997 y 1999, alberga la Sección de Arqueología del Museo Municipal Jerónimo Molina.

Meditación Convento de Santa Ana del Monte

Abierto al culto en 1573, el convento franciscano consta de iglesia con museo, convento propiamente dicho, hospicio y huerto. El templo es de una nave central y otra lateral, que es capilla del Cristo de la Columna, de Salzillo. El retablo del altar mayor está presidido por una imagen de la abuela Santa Ana, del siglo XV.

Templos De Santiago a El Salvador

La iglesia de Santiago es uno de los grandes símbolos de Jumilla. Su construcción se inició a mediados del siglo XV y finalizó a principios del XIX. Todo el templo está rodeado de un espacioso atrio que tiene un banco corrido de sillería. La iglesia de El Salvador se construyó en el solar de la ermita de Nuestra Señora del Loreto, iniciándose las obras a mediados del siglo XVIII en estilos a caballo entre el neoclasicismo y el barroco murciano. Su fachada es un modelo típico del barroco plano.

Obras civiles Ejemplos de una arquitectura singular

Entre los numerosos edificios históricos que se pueden visitar en Jumilla figura el Teatro Vico, levantado a finales del siglo XIX y de estilo ecléctico. Es de interés también el Ayuntamiento, construido reutilizando las dependencias del Hospital del Santo Espíritu. En su fachada exhibe un magnífico balcón de forja. Tampoco hay que perderse la casa modernista de estilo neogótico-gaudiano situada en la calle Cánovas del Castillo, nº 55.