UN TIGRE SIN UÑAS

Tigri era el más pequeño de la familia. Era un tigre muy nervioso y pasaba todo el día mordiéndose las uñas.

-"Hijo si sigues mordiéndote las uñas te quedarás sin garras", le decía su madre.

-"Y sin garras jamás llegará as ser un tigre de verdad", añadía su padre.

A Tigri no le preocupaba demasiado lo que le decían sus padres. Era un tigre que jugaba en el bosque, que se bañaba en el lago y de vez en cuando conseguía asustar a los conejos. Era un tigre feliz.

Pero aquel pequeño tigre se fue haciendo mayor. Creció y llegó a ser casi como sus hermanos. La única diferencia era que no tenía garras con que cazar y necesitaba la ayuda de sus hermanos.

Tigri estaba harto de no poder valerse por sí mismo. Visitó la consulta del sabio buho:

-"Yo no puedo ayudarte, pero en lo alto de la cima vive una vieja cabra. Ve donde ella, le aconsejó".

Tigri subió hasta lo más alto de la cima y encontró a la vieja cabra alrededor del fuego.

-Tú quieres tener garras y yo quiero tener tu velocidad. Haremos un cambio. Haré que te crezcan las uñas si me das tu rapidez"

Bebió del mejunje que le había preparado y al día siguiente vio crecer sus uñas. ¡Puedo cazar! Estaba tan ilusionado que no tardó en bajar de la montaña para ir a cazar.

En cuanto Tigri bajó de la montaña quiso cazar. Trató de correr pero apenas avanzaba. No había pensado que sin velocidad, de nada le servirían las uñas. Si no podía atrapar a su presa ¿cómo conseguiría hacerlo con las uñas?.

Al amanecer volvió donde la vieja cabra.

-"Sin velocidad de nada me sirven las uñas. Te agradezco tu ayuda pero quisiera volver a ser rápido".

La vieja cabra que había vivido mucho y sabía de todo le contestó:

-"Has pensado tanto en lo que te faltaba que no te has dado cuenta de tus virtudes. Aprende a vivir con lo que tienes. Aunque no tengas uñas, tienes velocidad y unos enormes colmillos, aprovecha lo que tienes".

Tigri agradeció mucho los consejos de la vieja cabra y jamás volvió a echar en falta sus uñas.

FIN