Érase una vez un niño al que no le gustaba leer, ni estudiar. Cada vez que el profesor le mandaba tarea llegaba a casa protestando:
-¡Otra vez ejercicios de mates y de lengua! ¡Yo sólo quiero ver la tele y jugar a la PSP!
Su mamá le decía:
-Ángel, tienes que estudiar mucho para que cuando seas mayor tengas un buen trabajo.
Pero Ángel no lo entendía, y siempre protestaba.
Un día en el colegio le mandaron una tarea especial: ¡Tenía que escribir un cuento!
Esa tarde Ángel llegó a su casa muy preocupado y no sabía por donde empezar. Se sentó en la silla, delante del ordenador y comenzó a pensar.
Entonces salió una palabra del ordenador:
"Tranquilidad", era lo que necesitaba para poder empezar a escribir.
"Ilusión" otra palabra que salió del ordenador y así continuaron saliendo muchas palabras más. Y Ángel sin darse casi cuenta comenzó a escribir un cuento, el bolígrafo iba sólo, y los folios se llenaban de palabras y formaban historias llenas de fantasía.
Ángel se sorprendió de saber escribir tan bien esas historias tan chulas y cada vez que escribía una, era como si viajara al cuento que escribía y se metiese dentro de él.
Ángel creció y continuaba estudiando y para entretenerse seguía escribiendo cuentos.
Un amigo de su papá leyó las historias de Ángel y le gustaron tanto que se las llevó para publicarlas en una revista. Y Ángel continuó escribiendo, y se hizo mayor. Su cuentos hicieron famosos y él también.
Y ahora es un gran escritor y siempre se acuerda de aquel día en el que escribió su primer cuento y da gracias por haber descubierto lo chulo que es leer y escribir.
Y esperando que te guste la historia, colorín, colorado, ya se ha acabado.
FIN