Érase una vez un niño que se llamaba Javier y le gustaban mucho los caballos. Desde muy pequeño jugaba con caballos de juguete, y se inventaba muchos chistes e historias.

Un día su hermanita María le perdió un caballo de juguete y se enfadó mucho. Como estaba tan enfadado su abuelito le tuvo que comprar otro caballo.

Ese caballo fue muy especial porque Javier quería muchísimo a su abuelito y cada vez que jugaba con él se acordaba de su abuelito.

Pasaron unos años y a Javier le seguían gustando muchos los caballos y entonces se compró uno de verdad.

Todos los días cuando terminaba de estudiar se iba al campo de su abuelo para cuidar al caballo. Le puso de nombre "Espirit" y corría mucho.

Su caballo estaba muy triste porque no tenía amigos caballos para jugar. Entonces Javier le hizo un circuito de carreras y de saltos para jugar.

Después de tanto correr el caballo le daba mucha hambre, entonces su dueño le daba de comer y de beber. Cuando el caballo se hizo mayor, Javier tuvo que buscarle una novia yegua para jugar y también para tener potrillos. Le puso de nombre a la yegua "Lluvia" y al potro le puso "Alex".

Javier siguió cuidando de sus caballos siempre, siempre, siempre.

FIN