­El presidente del Gobierno regional, Ramón Luis Valcárcel, se muestra satisfecho por el camino recorrido por la Comunidad Autónoma desde la aprobación del Estatuto, pero también ambicioso de cara a los retos que se presentan por delante.

Se cumplen 29 años del Estatuto de Autonomía

Esa pregunta la responden por sí sola los indicadores que registran los grandes avances experimentados estos últimos 29 años por la Región de Murcia en los aspectos más diversos, desde las infraestructuras hasta la Sanidad, pasando por la Educación, la autonomía legislativa, los servicios sociales, el sector turístico, la gestión de los recursos hídricos y su reutilización casi al 100% gracias a la depuración, la protección y difusión de nuestro rico patrimonio cultural, la descentralización y mayor cercanía al ciudadano de las administraciones local y regional, la modernización del sector agrícola y el incremento en los niveles de bienestar a pesar del frenazo que ha supuesto para nuestro crecimiento económico y la creación de empleo la crisis que actualmente nos azota tan cruelmente. Es muchísimo lo conseguido en estas casi tres décadas, pero aún es más lo que se puede lograr en los próximos años entre todos los murcianos.

¿Podría hablarse, en cualquier caso, de un ´espíritu murciano´?

No me gusta poner etiquetas a los sentimientos, que sólo los dicta el corazón de cada cual, pero estoy convencido de que en estos últimos treinta años las gentes y pueblos de la Región de Murcia se han conocido y relacionado mucho más entre sí que antes, entre otros motivos, por las facilidades que conceden las nuevas infraestructuras viarias y las posibilidades que ofrecen los medios de comunicación regionales. Y este conocimiento mutuo ha incrementado notablemente entre todos nosotros la satisfacción de pertenecer a una Región tan diversa y fascinante en tantos aspectos como la nuestra, reforzando unas señas de identidad común que, más que un determinado espíritu, yo considero un auténtico motivo de orgullo.

No han faltado voces que en los últimos años, con la reforma de los Estatutos, han denunciado que se abría una ´barra libre´ para las autonomías, ¿cuál es el riesgo de tratar de contentar a todas las comunidades? ¿Dónde está el límite?

El límite lo marcan siempre la Constitución, la lealtad institucional a la gran nación que es España y el sentido común. Los principios recogidos en nuestra Carta Magna –igualdad, solidaridad interterritorial, equidad, cooperación y justicia– nos indican el camino a seguir a la hora de resolver las reformas en los estatutos de autonomía, la transferencia de competencias desde el Estado a las comunidades autónomas y la gestión de unos recursos, tan valiosos como pueda ser el agua, que pertenecen a todos los españoles y cuyo control y uso no puede arrogarse cada región.

Está pendiente la reforma del Estatuto, ¿en qué aspectos sería precisa una mayor capacidad de decisión?

Desde que fui elegido por primera vez presidente de todos los murcianos nunca me he fijado unos objetivos mínimos que cumplir en materia competencial, pero tampoco un límite a los mismos. La Región de Murcia, en lo que a competencias se refiere, no ha de ser ni más ni menos que el resto de comunidades autónomas; sin adjudicarse privilegios pero tampoco con el riesgo de quedar relegada o en situación de inferioridad respecto al resto. Siempre he defendido que cualquier modificación en una materia tan delicada como es la transferencia de competencias debe regirse por principios constitucionales tan esenciales como la equidad, la solidaridad, la igualdad y la lealtad institucional entre el Estado y las diferentes autonomías. En ese sentido, siempre aspiramos a igualar el máximo nivel competencial al que nos dé derecho la Ley, pero nunca a costa de poner en riesgo la idea de España, sino, todo lo contrario, reforzando los vínculos que nos unen y tendiendo puentes para conseguir entre todos una nación más fuerte, unida, eficaz y austera a la hora de gestionar su presente y su futuro.

¿Cómo se ve políticamente este futuro con mayores competencias?

Se ve verdaderamente muy positivo, en cuanto que supondría una mayor cercanía a los ciudadanos a la hora de satisfacer sus necesidades y demandas, pero implica también una gran responsabilidad, porque hay que tener bien claro que este crecimiento competencial siempre ha de realizarse con total garantía de que las nuevas competencias que se vayan asumir cuentan con la adecuada financiación. Además, este crecimiento competencial de las comunidades ha de llevarse a cabo sin menoscabo del Estado, que nunca puede hacer dejación de sus funciones y renunciar a aquellas competencias que le corresponden por intereses partidistas o a cambio de otros réditos políticos.

Dieciséis años después de su primera toma de posesión como presidente ¿qué ´mandamiento´ añadiría a los cinco en los que comprometió su gestión de gobierno: ética, eficacia, rigor, realismo y libertad?

Sumaría otros dos, responsabilidad y credibilidad, que creo que definen muy bien la manera de gobernar del Partido Popular en la Región a lo largo de estas cuatro últimas legislaturas. Responsabilidad para adoptar en su momento las excepcionales medidas que entonces nos demandaba la crisis, aun siendo consciente de su impopularidad entre la ciudadanía, pero ése es un criterio por el que nunca ha de regirse un político serio. Y credibilidad, porque una vez más se demuestra que los murcianos son muy conscientes de que aquello que prometemos, lo hacemos; de que este Gobierno, a pesar de los obstáculos que muchas veces encuentra en su camino, cumple con su programa y con sus compromisos con esta Región, por mucho que le pese a algunos.

¿Cuál es el secreto de que los agentes sociales se hayan encontrado más a gusto con usted que con un gobierno de izquierdas?

No hay ninguna fórmula mágica, salvo que tanto patronal como sindicatos tienen comprobado que siempre que hemos abierto un diálogo o un proceso de negociación, en estas cuatro últimas legislaturas, nuestra voluntad de logar consensos ha sido sincera, buscando siempre sin tapujos el mejor acuerdo entre las partes, por encima de intereses particulares y teniendo como principal objetivo conseguir mayores cotas de bienestar para todos los murcianos. El consenso constituye la verdadera hoja de ruta de nuestra acción de gobierno en todos aquellos temas considerados clave para la Región de Murcia.

Insisto en los dieciséis años y, en el arranque de su quinta legislatura, le pregunto: ¿tampoco a esta Región la reconoce ni la madre que la parió, como diría Guerra?

Afortunadamente, a esta Región se la sigue reconociendo, y mucho, en aquellos rasgos distintivos que siempre han definido a las gentes de esta tierra a las que les otorgan una personalidad propia y característica en lo social, lo cultural o lo artístico, que es en buena parte herencia de un rico legado histórico aún muy presente. Pero sí que resulta innegable que en estos dieciséis años hemos progresado mucho en determinados aspectos, como la protección social, una cobertura sanitaria de primer orden, las mejoras en Educación y el aumento de centros docentes, la cohesión interterritorial gracias a una importante inversión en infraestructuras, la protección del medio ambiente, así como un crecimiento económico y la creación de empleo en los más altos índices nacionales, ahora interrumpidos por la crisis que tanto nos afecta, pero que estamos trabajando sin descanso para recuperarlos de nuevo cuanto antes.

Le pido que haga autocrítica, ¿de qué decisiones se ha arrepentido?

En esta vida todo es perfectamente mejorable, y nada hay peor para un político que caer en la autocomplacencia. Sin duda que habré cometido errores a lo largo de estos años, pero la conciencia está tranquila cuando has puesto tu mayor esfuerzo, el máximo de entrega e ilusión en intentar hacer bien las cosas. Siempre hay que tener una visión positiva de las cosas y aprender las lecciones que nos enseñan nuestros errores para no volver a repetirlos en un futuro.