Sana envidia, si la envidia puede ser sana en algún momento. Pero la siento cuando leo noticias como la siguiente: « Arturo Pérez-Reverte celebra en Murcia el vigésimo quinto aniversario de la novela que lanzó su carrera literaria». Sigue la información indicando que El club Dumas lanzó la carrera literaria del autor, y que centenares de personas no dudaron en compartir con su paisano dicho acto. No sé cuantos cartageneros (Arturo Pérez-Reverte, Cartagena, 1951) acudieron al mismo. Evento celebrado en la ciudad de Murcia, alrededor de una mesa redonda coordinada por el codirector de la Cátedra Pérez-Reverte en la Universidad de Murcia. Evidentemente al tener esta cátedra, el autor visita Murcia con cierta asiduidad.

Para que venga a Cartagena a celebrar algún acto literario, nos la vemos y nos la deseamos. La última vez que vino fue el 19 de diciembre de 2016 (hacía años que no participaba en ningún acto). Eso sí, después de intensas negociaciones y conversaciones con la editorial. Vino acompañado de su presentador de cabecera; desconozco si fue cosa del autor o de la editorial. Pareciera que en la trimilenaria no hubiese arte suficiente para presentar a cualquier autor.

No sé los motivos exactos por los que no acude más a Cartagena, que sí a Murcia, para presentar sus libros o acudir como invitado a algún evento. No les hablo de oídas, no les hablo de 'me han dicho que'. Les hablo desde la primera línea de trinchera. Dialogo con la editorial, jefe de prensa, y con su secretaria, por teléfono y correos, solicitando su presencia y la gran mayoría de las veces, por no decir siempre, está de campaña promocional o preparando su próximo proyecto. Sana envidia, porque a mí en un momento determinado me niegan el pan y la sal y al momento siguiente está en Murcia. He pedido que venga a inaugurar la cuarta edición de Cartagena Negra, también se lo pedí para la tercera y, qué casualidad, estará de gira promocional con su última obra. He solicitado número para presentar en su casa Los perros duros no bailan (de momento, la última); veremos qué ocurre.

Sana envidia siento cuando veo que una serie de localidades tienen en su callejero calles con el nombre de Arturo Pérez-Reverte. Entre otras: Beniel y Bullas, en la Región de Murcia. Orihuela (Alicante), Villanueva de Algaidas (Málaga), La Albuera (Badajoz) y, cómo no, la propia ciudad de Murcia. Curioso que siendo Cartagena su cuna no cuente con una calle o un 'algo' con su nombre. Bien es cierto que ya intentamos en el año 2012 poner su nombre a una calle o plaza. Iniciamos, un grupo de personas, los trámites correspondientes frente a la Administración. Al ser persona viva teníamos que solicitar su permiso; permiso que nos denegó.

Dejó plasmada dicha denegación en un artículo fechado el 18 de marzo de 2012, titulado Prefiero que no lo hagan. Entre otras cosas, decía: «Hasta hay quien, en arrebato de fervor inmerecido por mi parte, propone mi nombre para una calle. Un par de ellas ya me han sido adjudicadas a traición, y precisamente estos días circula una iniciativa semejante en Cartagena; que, pese a la generosidad de mis paisanos, confío en que la descarte el sentido común. Sobre todo, para no obligarme a cumplir una vieja promesa, si ponen mi nombre a una calle en mi ciudad, es probable que acuda con un spray grafitero, a tacharlo, en plan Banksy. Quedaría ingrato. Y feo, si me pilla un guardia». En otro momento dice que «se trata de prudencia» y que «nunca sabe uno lo que puede durar», por aquello de que cualquier corporación posterior pueda cambiar su nombre por otro.

Amigo Arturo, que más da lo que dure, el caso es que un grupo de personas creíamos y creemos que te lo mereces y al negarte nos quedamos con un palmo de narices. ¿Por qué en Murcia sí y en Cartagena no? Sana envidia.