En febrero de 2015, la Sociedad de Filosofía de la Región de Murcia (SFRM), con el apoyo de la Facultad de Filosofía, logró que se debatiera en la Asamblea Regional una moción que instaba al gobierno de entonces, el Partido Popular, a corregir la aplicación autonómica de la LOMCE en lo que respecta a la integración de la Filosofía en el currículo de la ESO y Bachillerato. En concreto, y principalmente, se solicitaba recuperar la Historia de la Filosofía como materia obligatoria y común a todas las modalidades. La moción fue presentada y apoyada por el PSOE e IU-Verdes. El Partido Popular votó en contra, y por tanto la moción fue rechazada. Una oportunidad perdida.

El nuevo escenario al que debían adaptarse los departamentos de filosofía de los institutos de la Región era el siguiente: Educación para la ciudadanía y Ética, impartidas en 2º y 4º de la ESO respectivamente, desaparecían. En su lugar, la nueva asignatura asignada a Filosofía, denominada Valores Éticos, pasaba a compartir optatividad con Religión. De este modo, la LOMCE introducía una importante novedad: que fuera posible superar los cuatro años de la ESO sin haber cursado ninguna asignatura de carácter filosófico. Por otro lado, en el ciclo de Bachillerato, si bien se fijaba una asignatura obligatoria de Filosofía en el primer año, la Historia de Filosofía de segundo perdía su condición de asignatura común y obligatoria para todas las modalidades, pasando a ser optativa en Ciencias, Ciencias Sociales y Artes. Es manifiesto el perjuicio que causaba la aplicación autonómica de la LOMCE, y no sólo a la disciplina y a los docentes de la Región, sino también (y fundamentalmente) a la formación y las capacidades del alumnado. Pues bien, este era el marco curricular y educativo que aseguraba el voto del Partido Popular contra la moción citada anteriormente.

En junio de 2017, la Sociedad de Filosofía renovó su junta directiva y uno de los compromisos expresados por ésta tenía que ver, precisamente, con abrir de nuevo el debate sobre la situación de la filosofía en la educación secundaria. Puede que esta iniciativa se viera como la crónica de un fracaso anunciado, pero había motivos para suponer que un cambio de rumbo era posible. Por un lado, algunas comunidades autónomas (Andalucía, Asturias, Cataluña y Extremadura) habían decidido mantener la Historia de la Filosofía como asignatura común y obligatoria en todas las modalidades (Ciencias, Humanidades, Ciencias Sociales y Artes) y otras comunidades (Baleares, Valencia, Galicia y Canarias) estaban negociando o habían aprobado ya una reforma del currículo de Bachillerato que iba en la misma dirección. Lo interesante de estos cambios es que se estaban produciendo por consenso de todos los partidos, también, por tanto, del Partido Popular. Aunque no sea deseable, en política se pueden cometer errores; otra cosa es no reconocerlos ni hacer ninguna rectificación. Daba la impresión de que el Partido Popular estaba comenzando a rectificar en algunas comunidades.

Esta reorientación se había visto reforzada en mayo de 2017 con las declaraciones públicas de Sandra Moneo, portavoz de Educación del Partido Popular en el Congreso de los Diputados. Moneo reconoció que la reducción de la obligatoriedad de la Filosofía a un solo curso (1º de Bachillerato) había sido un error: «Tenemos», dijo, «que entonar el 'mea culpa' en este sentido», insistiendo incluso en que era necesario revisar el encaje que la LOMCE daba a la Filosofía en la ESO. El Partido Popular definía así un marco de trabajo distinto que, entre otras cosas, legitimaba el cambio de posición de sus gobiernos autonómicos.

En este contexto, la Sociedad de Filosofía convocó en noviembre a Partido Popular, PSOE, Podemos y Ciudadanos a un debate público para presentar sus posiciones al respecto. Además del apoyo de los partidos de la oposición (más claro y categórico en el caso de PSOE y Podemos), este debate nos permitió conocer cuál era la posición del Gobierno regional: conformidad con las palabras de Sandra Moneo y voluntad de hacer todo lo posible por devolver a la Filosofía parte del espacio perdido. La Sociedad de Filosofía, con personas designadas para ello, inició las negociaciones con la consejería, presentando propuestas consensuadas en reuniones públicas y abiertas a todos los docentes de filosofía de la Región. Sin embargo, al cabo de cinco meses, y tras haber reconocido que la propuesta de la SFRM era técnicamente viable, la Consejería dio marcha atrás, hizo desaparecer, como por arte de magia, su voluntad de hacer todo lo posible por corregir la integración curricular de la Filosofía, se desmarcó de las declaraciones de Sandra Moneo, y regresó a la posición de 2015.

Los argumentos esgrimidos por la consejería fueron dos: 1) más horas lectivas significa más dinero, y el Gobierno no está dispuesto a negociar una ampliación del presupuesto para Educación si el motivo de esa ampliación es aumentar las horas lectivas de Filosofía; y 2) casi toda la lista de interinos Filosofía está activa, una consecuencia directa de estar ocho años (cuestión gravísima) sin convocar oposiciones. El problema de tales argumentos es que no son 'descubrimientos' que la consejería haya hecho durante el proceso de negociación. Eran supuestos que ya estaban presentes al comenzar las negociaciones. De modo que, en realidad, la consejería podría habernos ahorrado cinco meses de trabajo y de falsas promesas.

En definitiva, el Partido Popular murciano ha decidido decir no (otra vez) a la Filosofía. Esto puede convertirlo en uno de los pocos gobiernos autonómicos del Partido Popular que ha optado por no rectificar el error de la LOMCE. Y lo peor de todo es que con ello está condenando a los estudiantes murcianos a recibir una peor formación filosófica que el resto de los estudiantes españoles. Tendrá que explicar por qué.