La ‘camada’ organizada por vecinos del centro de Murcia, convertidos en Plataforma, podría haber tenido como música de fondo la canción ‘Ruido’, de Joaquín Sabina, donde el artista describe un contexto de contaminación acústica exterior, que deja paso a una soledad absoluta. Esa banda sonora venía al pelo no solo por lo evidente (el ruido), sino también por la soledad en la que estos perjudicados viven su cruzada frente a las administraciones públicas que llevan años con este problema encima de la mesa sin llegar a darle una solución que satisfaga a todas las partes implicadas.

La ‘camada’ se organizó ante el órdago lanzado por los hosteleros, que cerraron cerca de 300 establecimientos de la ciudad de Murcia sin que haya habido ninguna revuelta por ello, en protesta por el mapa de ruido que ha elaborado el Ayuntamiento capitalino y que, según el colectivo de bares y restaurantes, les perjudica y no se ha hecho de manera profesional. Sin entrar en el fondo de si el mapa es correcto o no, el cierre patronal sirvió para que el centro recuperara sus plazas (unos espacios invadidos en exceso en los últimos años) y que el silencio fuera la nota dominante.

Una gozada pasear sin las molestias que estos establecimientos causan casi a diario a sus vecinos y a las personas que transitan por el centro de la ciudad, aunque es una imagen que, lógicamente, no se puede perpetuar porque a quién no le gusta ir de vez en cuando de bares y sentarse en una terraza a departir con sus amigos. La clave, como en la canción de Sabina, es el ruido y, no precisamente, el del interior de los bares, que lleva años siendo controlado con aparatos e inspecciones. Se trata sobre todo del que produce la gente en los exteriores de los locales.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), España es el segundo país más ruidoso del planeta por detrás de Japón y un 72 por ciento de los españoles considera que la población en la que reside es ruidosa. Las ciudades de nuestro país son ruidosas, principalmente, a consecuencia del tráfico, uno de los ruidos más odiados para el 48 por ciento; los bares, pubs y discotecas, en ese orden, que son una fuente constante de contaminación en los exteriores de los establecimientos.

En ese aspecto, en la urbanidad y educación de todos, las administraciones han fallado estrepitosamente y no han realizado ninguna pedagogía más allá de citar a los colectivos afectados directamente. Tampoco han tenido éxito en las medidas que han aplicado y el problema parece haber llegado a una situación insostenible sin que se vislumbre solución alguna.

En definitiva, llueve sobre mojado y hasta ahora el PP, que ha tenido en sus manos tanto el Ayuntamiento de Murcia como el Gobierno regional durante lustros, no ha sabido cómo torear este morlaco. Ya en época del exalcalde Cámara eran casi épicos los enfrentamientos entre vecinos, hosteleros y autoridades municipales, una guerra que llegó incluso a salpicar a los jueces con declaraciones de cierto concejal rebelde, que no acataba las sentencias que dictaban para abrir los bares que el consistorio cerraba. Parece que el tiempo no ha pasado y estamos en el mismo punto. Por nadie pase.

El PSOE municipal, en construcción. El que será nombrado secretario municipal del PSOE en Murcia, José Antonio Serrano, tiene mucho trabajo por delante. Primero se tendrá que enfrentar al congreso municipal, donde será entronizado y del que saldrá la ejecutiva que le acompañará, con nombres sugeridos por el aparato del partido. Eso no será lo más duro. El trabajo intenso empezará a partir de ese momento. Le tocará patearse las agrupaciones locales y venderles su proyecto. Y con énfasis si quiere ser el candidato a las municipales en 2019. Ya hay nombres pululando por ahí para que su cara no sea la que se vea en los carteles municipales.

Cambiemos Murcia, esperando noticias en Madrid. El día clave es el 12 de mayo. Ese sábado, se reúne en Madrid la Asamblea Política Social de IU, con representantes de todo el país, donde decidirá si confluye o no con Podemos. Así, a diferencia del PSOE, da la sensación de que Cambiemos Murcia está en ‘deconstrucción’ y a la espera de lo que se decida en la capital de España. Se va complicando todo por momentos en vez de resolverse. Por su lado, Podemos en la Región ya ha decidido que sí a la confluencia, pero con su marca. Mientras, Cambiemos también ha decidido que intentará de nuevo la confluencia. Sin embargo, estas decisiones están hipotecadas por lo que se decida en la capital del reino. Sea como fuere ganará Podemos la partida.