Según la RAE, la palabra 'empoderar' es «hacer poderoso o fuerte a un individuo o grupo social desfavorecido». Partiendo de esta premisa, las artes escénicas en general, y en este caso, el teatro de manera particular, proporciona las herramientas necesarias para que este empoderamiento sea una realidad, dando a las personas la oportunidad de desarrollarlo por sí mismas, tras su propia experiencia de éxitos y fracasos.

Festivales de teatro como Venagua o Edmundo Chacour, que tienen lugar estos días, son ejemplo de proyectos artísticos y culturales necesarios en Murcia, que resaltan la fuerza de las artes escénicas y el teatro como herramienta para la inclusión, llevando a cabo, a su vez, una labor de sensibilización y transformación en la sociedad.

Asimismo, el trabajo conjunto entre gestores culturales de espacios públicos murcianos, y entidades como Pupaclown, Assido, Asociación Columbares, Cepaim, Asociación Alfa, Fundación Catell Psicólogos, Ayeklauwn o la Fundación Jesús Abandonado (entre otras entidades), establecen una red de trabajo conjunto en las artes escénicas y la inclusión social, en la que participan instituciones públicas y entidades sociales. Un espacio de colaboración con el fin de mostrar trabajos inclusivos en la Región de Murcia, con el objetivo de dignificar estos colectivos y las personas que forman parte de ellos.

La experiencia demuestra que el teatro, cuando hablamos de colectivos desfavorecidos o en riesgo de vulnerabilidad social como pueden ser las personas sin hogar, consigue aunar y potenciar habilidades artísticas y creativas de personas que, como todos los seres humanos, tienen unas capacidades diferentes, propias y únicas. Algo que poco a poco contagia y se extiende a todos los aspectos de su vida cotidiana, logrando un efecto altamente positivo.

Es en la aceptación de la imperfección del ser humano donde está la llave de la creatividad, porque somos capaces de mostrarnos en esencia, sin coartar ni censurar. Aceptar y compartir lo que consideramos erróneo en nosotros mismos es permitir que salga a la luz nuestro ser especial, lo que nos hace únicos.

A través de la metodología del juego teatral se desbloquean situaciones de aislamiento en personas que han tenido vivencias duras y que les han llevado a esa soledad. En este juego teatral se generan sensaciones, emociones?

La persona se va abriendo poco a poco a sentimientos apartados o anulados. Esta apertura a uno mismo y al grupo hace que se generen vínculos y complicidad, rompiendo el aislamiento, favoreciendo la autoestima y devolviendo la voz y el reconocimiento perdido.

Pero no hay que olvidarse del espectador. Fomentar la asistencia del público a trabajos inclusivos y comunitarios es uno de nuestros objetivos principales. La labor de sensibilización del público asistente a las diferentes representaciones de estas entidades mencionadas anteriormente es enorme, ya que se produce una toma de conciencia de la existencia de un colectivo de personas que vive en una realidad diferente.

La sociedad vive prácticamente de espaldas a estas realidades. Por medio del teatro inclusivo se provoca que la sociedad vuelva la mirada a estas personas, los mire de frente rompiendo prejuicios y tópicos erróneos.

De este modo dejan de ser 'el otro', un extraño o un ser que vive al otro lado de la vida y que no tiene nada que ver conmigo, para generarse un encuentro en el que el público se reconoce e identifica en las inquietudes y anhelos expresados, propios de todos los seres humanos.

Es en este momento donde el teatro social cobra todo su sentido y alcanza toda su magnitud, aportando fuerza y dignidad a los actores, y creando ese vínculo, ese cambio de mirada en el espectador.