Ahora va a resultar que unas cuantas decenas de manteros van a ser los responsable del declive del pequeño comercio en una ciudad. Ridículo.

En plena época de pujanza de la compra por internet, y en pleno imperio de Amazon, la participación en el conjunto total de unas cuantas pobres mercancías colocadas en el mercado por los manteros es simplemente cero. Su influencia es irrelevante, prácticamente nula, sobre el comercio tradicional. No sólo por los volúmenes misérrimos de venta sino además porque lo normal es que ese bolso o esa colonia barata adquirida irregularmente en la calle sean un extra imprevisto de compra que no resta al gasto total en comercio previsto por cualquier persona.

También he escuchado que la manta atenta sobre el comercio del centro por el hecho de estar en sus inmediaciones. ¿Seguro? ¿Es un efecto relevante? No sé por qué, pero me da que los centros comerciales de la periferia van a tener un pelín más de responsabilidad en el declive del comercio familiar y de proximidad. ¿Estaré equivocado?

Ah, bueno: La justificación de la persecución a los manteros habrá que buscarla más bien en que lo que venden son falsificaciones, y eso es algo que no se debe permitir. En fin, pásense por cualquier mercado regularizado de los semanales de cualquiera de nuestras ciudades y pueblos, mayoritariamente regentados por españoles, o por algunas de las muchas naves comerciales en los polígonos industriales, y den un vistazo a las zapatillas, los juguetes, las gafas, los perfumes o las marcas de menaje que puedan encontrar.

Y si hablamos de la protección de la propiedad intelectual como justificación para la erradicación de los manteros, entonces la cosa ya da risa. ¿De verdad son los chicos de la manta los que amenazan con sus DVDs y CDs pirateados los beneficios de la producción artística? No tengo ni idea de cuál será la proporción exacta que supone la piratería de la manta con relación al pirateo que todos hacemos de películas y música desde nuestras casas, pero imagino que el volumen será simplemente irrisorio. Usted y usted y usted que leen esto, o sus hijos o sus vecinos, habrán pirateado en el último mes casi tanto como la suma total de CDs que hayan vendido en el mismo periodo todos los manteros que subsistan en su localidad. Pero, además, es que lo pirateado por la red no da beneficio local alguno, mientras que parte de los tres euros, uno, o cinco euros, dos CDs, que haya vendido el mantero revertirá luego en el café que este chico se tome en el bar de enfrente o en el pago de la pensión o el alquiler del piso hacinado en el que viva.

Déjenlos tranquilos, hombre. Que bastante tienen con la pobreza, el desarraigo, la ausencia de mínimas oportunidades para la integración laboral que desean y el recuerdo de ese alucinante viaje en patera que para el más curtido de nosotros hubiera sido una pesadilla.