Tal es la dicotomía que, aparentemente, nos presenta el borrador del Plan Especial de Sequía (PES) elaborado por la Confederación Hidrográfica del Segura y actualmente en periodo de información púbica: escasez versus sequía. El documento, de intachable rigor técnico (no en balde está coordinado por Jesús García) no deja de ser una especie de protocolo de actuaciones de aplicación cuasi automática ante determinadas situaciones de escasez/sequía que se presenten en nuestra cuenca. Algo así como el Memorándum del Trasvase, pero circunscrito a nuestra demarcación hidrográfica. No dejan de ser en ambos casos mecanismos que dejan casi sin contenido discrecional alguno las funciones de los responsables de la Confederación. Estos pasarían a ser meros 'funcionarios' sin capacidad ni margen de maniobra alguno, excepto en el caso de situaciones excepcionales por sequía extraordinaria. El sueño dorado de alguno que yo me conozco.

Pero volviendo al titular del artículo, el PES viene a diferenciar, a los efectos de su operatividad, lo que se puede considerar un 'escenario de sequía prolongada' de un 'escenario de escasez', diferenciando en este último caso la escasez 'coyuntural' de la 'estructural'. Eso sí, no hay que confundir el PES con los Decretos de Sequía. La promulgación de éstos serán en todo caso consecuencia de la aplicación del Plan.

Pues bien, ante el fenómeno de la sequía, sea temporal o prolongada, al margen de rogativas al cielo, pocos remedios se plantean salvo la admisión justificada del deterioro temporal de las masas de agua mediante la reducción de los caudales ecológicos. Problemático cuando menos.

Por el contrario, ante los escenarios de escasez (coyuntural o estructural) sí que se prevé la activación de toda una tipología de acciones y medidas, entre las que se encuentran aquellas que, dicho sea eufemísticamente, adecúen la oferta y la demanda de recursos disponibles. A buen entendedor (el agricultor lo es), sobran palabras.

Poco espacio da este artículo para poder comentar más en profundidad el contenido del PES y, posiblemente, tampoco sea el lugar. Sólo una reflexión final: en esta cuenca algunos han estado viviendo muy bien a costa de lo que el Plan denomina escasez coyuntural como «aquella situación de escasez no continuada que, aun permitiendo el cumplimiento de los criterios de garantía en la atención de las demandas reconocidas en el plan hidrológico, limita temporalmente el suministro de manera significativa». La gestión económica que algunos han hecho de tal escasez ha sido muy eficaz.

En fin, que si nos tocase la lotería de disponer de los mil hectómetros cúbicos previstos para las dos fases del Trasvase, a más de uno le daba una berrinchera.