La refundación del PP en la Región no ha traído grandes novedades con respecto al panorama municipal, ya que se ha constatado de nuevo que la fortaleza del Gobierno local de Murcia, encarnada por los hombres y mujeres allegados al alcalde de la capital, José Ballesta, no tienen ningún peso en el partido que representan. Solo les ha caído una raquítica pedrea, que lejos de consolar lo que hace es echar más sal a las heridas que deben estar escociendo en las carnes de los populares municipales. Rebeca Pérez es la única que ha entrado en el nuevo organigrama de Fernando López Miras, pese a que es una de las concejalas más próximas al regidor capitalino.

Pérez fue una herencia del anterior mandato, ya que entró en la recta final de Miguel Ángel Cámara, pero ha sabido hacerse un hueco en el Gobierno local y aparecer como una de las figuras emergentes del nuevo ejecutivo municipal. Es decir, una ´chica Cámara´ remasterizada, al igual que las otras que también han estado con el anterior regidor capitalino, que está a un paso de ser juzgado por uno de los casos de corrupción urbanística más sonados de los últimos tiempos.

A pesar de esa pedrea no es previsible que Ballesta esté contento con los nuevos cargos de su partido, ya que han dejado en manos de Nuria Fuentes la portavocía, una mujer que fue con Cámara también portavoz y que fue contrincante del actual alcalde en la carrera que emprendió el PP para elegir a su cabeza de cartel para las elecciones municipales. El que fuera regidor de la capital durante 20 años apostó finalmente por el exrector de la UMU, abriendo una brecha interna y provocando un pequeño terremoto en las filas populares con los pedáneos muy insatisfechos por esa elección, que aún hoy pervive.

Fuentes se despidió de la esfera municipal con aquella gloriosa parrafada en su Facebook personal, en la que habló de «cueva de ladrones». Concretamente dijo: «Está abierto el debate sobre la regeneración política, yo creo que no depende de edades sino de principios y decencia, es difícil ser decente en una cueva de ladrones, pero se puede, cerremos la cueva, echemos a los ladrones y tendremos esa regeneración política. Sigo creyendo en la política y me niego a que un grupo de sinvergüenzas nos hagan bajar la cabeza a todos». Toda una declaración de principios que, ahora, con todo lo que le ha llovido al PP a nivel regional y nacional, parece incluso una profecía. La nueva portavoz, que ha dirigido varias direcciones generales, se permitió el lujo además de decir antes de la campaña electoral de los pasados comicios que votaría a Pedro Antonio, pero a Ballesta no lo sabía porque en la lista de Ciudadanos había una persona allegada.

Sea como fuere el PP le ha podido perdonar esos pecadillos y ha tenido en cuenta su experiencia y sus buenas relaciones con gente de Ciudadanos, un aspecto de su currículo que puede ser de gran ayuda para los tiempos presentes y venideros. Otra de las chicas de Cámara que triunfa en el interno de los populares es Adela Martínez-Cachá, que entró en el ejecutivo autonómico de la mano de Alberto Garre y desde hace años sigue sentándose en el consejo de gobierno. Con Garre, con PAS y ahora con López Miras, que también le ha reservado un sillón en el organigrama popular. Cachá es otra de las mujeres aupadas por el anterior alcalde que luego cayó en desgracia y agradeció la llamada de Alberto Garre. Seguramente, el trueno gordo para Ballesta haya sido que el actual presidente siga contando con Maruja Pelegrín, otra de las antiguas en el Gobierno local. Y camarista a tope.

La concejala y el alcalde prácticamente no se dirigen la palabra y su relación es inexistente. No guardan ni las formas cuando coinciden y hay gente que ha presenciado algún que otro dardo envenenado, incluso delante de funcionarios y de personas ajenas al Ayuntamiento. Conociendo la templanza de la que hace gala el actual alcalde es posible que el triunfo de las chicas de Cámara le haya reportado lágrimas de rabia en la intimidad, que nunca llegarán a la esfera pública. La procesión la vivirá por dentro como buen cristiano y esperará su momento para decir él la última palabra. Y seguramente lo hará en el contexto de la elección de cabeza de cartel para las municipales de 2019. Ahí, seguramente ajustará las cuentas a más de uno.

Mujeres libres. Y siguiendo con las mujeres, muy interesante fue la conferencia que ofreció el pasado sábado en el bar Itaca de la capital la historiadora y activista anarcofeminista Yanira Hermida Martín, que habló de las ´Mujeres libertarias en la Revolución Social´, una actividad organizada por la secretaría de cultura de la Cgt. Desgranó las biografías de Louise Michel, Lucy Parsons, Emma Goldamn, Marusya y la española Lucía Sánchez Saornil, todas ellas desconocidas para el gran público y ocultadas en la historia de las distintas revoluciones que vivieron en contextos bélicos muy complicados. La española Sánchez Saornil creó junto a otras dos un movimiento al que se unieron más de 23.000 mujeres en la década de los treinta, y llegaron a editar una revista. Eran libertarias pero se hicieron llamar ´mujeres libres´. Así titularon la publicación que salió a la calle durante 17 números. Ahora, también hay mujeres que desean ser libres y que lo tienen muy difícil. La historiadora puso dos ejemplos: las mujeres de chiapas y las kurdas. Su lucha sigue y de nosotras depende que no caigan en el olvido. Por nadie pase.